A 50 años de su mayor éxito y más grande dolor de cabeza

Como anticipo de la inminente publicación de All thing must pass, su primer disco solista, tras la separación de The Beatles, George Harrison lanzó a fines de 1970 My sweet lord, el primer corte que se convertiría en el mayor éxito de su carrera, pero que también le traería los más grandes problemas, a raíz de una denuncia por plagio. La devocional tonada, que en su estribillo cuenta con un coro que repite en forma de mantra los versos Hare krishna, ocupó de inmediato los primeros puestos en los rankings de todo el mundo y se estableció como el primer gran impacto a gran escala de un exbeatle en carácter de solista. Esto sucedió más allá de que la composición, en realidad, ya había visto la luz semanas atrás en la voz del tecladista Billy Preston, a quien Harrison se la había cedido en un primer momento para su disco Encouraging words. Además de su pegadiza tonada y el coro devocional, la canción también se caracteriza por el uso de la técnica del slide al interpretar la guitarra, primera incursión de Harrison en este sentido que se establecería como una suerte de sello personal en sus composiciones futuras. El fenomenal suceso de My sweet lord iba a ir de la mano de las unánimes loas a All thing must pass, la placa que derivó en un álbum triple cuando comenzó a acumular la gran cantidad de material escrito por Harrison para The Beatles y rechazada por sus excompañeros de banda.
Precisamente, el disco resultó una especie de dulce venganza para el guitarrista que, a modo de tardío reconocimiento, se posicionaba como el exbeatle con su mejor debut tras la conflictiva ruptura de la banda.