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Concepción del Uruguay
lunes, septiembre 16, 2024

A 20 años de la crisis de diciembre de 2001

“Sentir que es un soplo la vida, que veinte años no es nada”… Le Pera / Gardel

Por Juan Martín Garay (*)

A partir de que en 1989 fruto de una crisis económica hiperinflacionaria asumía la Presidencia anticipadamente Carlos Menem. La solución encontrada por su equipo económico a los problemas de la economía argentina fueron las privatizaciones, la convertibilidad y el endeudamiento para sostener la convertibilidad, el “uno a uno”, la fantasía concreta de que un peso podía valer igual a un dólar estadounidense de manera constante en el tiempo. Descartado el “salariazo” y la “revolución productiva”, Menem se convirtió en el instrumentador de la intervención quirúrgica que otros realizaron. Por aquellos días repetía hasta el hartazgo que el país necesitaba “cirugía mayor sin anestesia”, ello definió claramente su plan económico, con un primer gobierno considerado “exitoso”, su segundo mandato fue el colofón de lo inevitable.

Diez años y seis meses después asumió la Presidencia Fernando de la Rúa, el descrédito generado por la gestión anterior a le posibilitó su llegada a la Casa Rosada. La mayoría esperanzada vio en esta opción el recambio, no sólo en lo político sino también en lo ideológico, algo que se sustentó en una fuerte y acertada campaña mediática llevada adelante por el publicista Ramiro Agulla, “dicen que soy aburrido” fue su mayor y más recordado aporte. Agulla, paradoja si las hay, en el 2003 regresó al marketing político y fue clave en el triunfo de Menem sobre Néstor Kirchner.

El gobierno de la Alianza, con De La Rúa a la cabeza, pero con “Aíto” y “Antonito” sumados a otros colaboradores, profundizaron y desataron la crisis más grande de los últimos tiempos. Lo cierto es que recibieron una “bomba” del gobierno anterior pero en vez de “desactivarla” hicieron todo lo contrario. La desocupación llegó a índices nunca antes vistos, la pobreza se agudizó, los indigentes se incrementaron. ¿En que terminó todo ese “combo explosivo”? “Encender la mecha” desencadenó la crisis de diciembre de 2001, la que como bien podemos recordar no lo fue sólo en lo económico sino también en lo político.

Este triste momento fue la punta de un iceberg de largo proceso de formación iniciado a partir del golpe de Estado del 24 de marzo 1976. El ministro de economía del Proceso -Martínez de Hoz- el 2 de abril de ese año presentó su “Programa de recuperación, saneamiento y expansión de la economía argentina”, con él se produjeron profundos cambios en la estructura económica argentina, que terminaron por conformar un nuevo modelo económico basado en la acumulación rentística y financiera, la apertura externa irrestricta, comercial y de capitales, y el disciplinamiento social. El Proceso encabezó un nuevo orden que destruiría el aparato productivo local llevando a la Argentina a un estado de desindustrialización acérrimo. Además de un marcado endeudamiento externo.

Resulta interesante prestar atención a lo que afirma Marcelo Bonelli en su libro “Un país en deuda, la Argentina y su imposible relación con el FMI” (…) “lo sucedido entre 1976 y 1981, el quinquenio de Martínez de Hoz, es el proceso de endeudamiento de más difícil comprensión por el que ha atravesado el país. Aún en las etapas más descarnadas, la de Carlos Menem y la de Fernando de la Rúa, con Domingo Cavallo como protagonista decisivo, fueron en cierta forma lineales y de argumentación sencilla, estructurada. Pero Martínez de Hoz no se valió de ningunas de las recetas ortodoxas para desarrollar su visión monetarista”..

Mal de muchos, negocio de pocos

En el plano local, Concepción del Uruguay no fue ajena a esta situación, siendo por aquel entonces José Eduardo Lauritto intendente por primera vez, como bien expresa Gustavo Sirota en “Saqueos y crisis de representación. Cambios en el escenario político de Concepción del Uruguay período 1998 / 2001”, (…) La tarde noche del martes 18 de diciembre Concepción del Uruguay asiste a una verdadera explosión de furia colectiva. Miles de personas –entre cuatro y seis mil de acuerdo a lo consignado por fuentes policiales, tres mil de acuerdo a una misiva enviada por el Juez Federal Juan José Papetti al Secretario de Seguridad Interior, Enrique Mathov– se lanzaron al saqueo. Si consideramos la población de la ciudad –sesenta y seis mil habitantes–-, advertimos la magnitud que adquirieron los hechos, donde al menos un siete u ocho por ciento de los habitantes de la ciudad participaron activamente de los sucesos. No resulta sencillo ubicar adecuadamente al movimiento. Nunca había sucedido nada parecido. El único antecedente que existía –en la ciudad– era casi insignificante: El recuerdo de la concentración frente a las puertas del Supermercado Impulso, ubicado en la zona noroeste de la ciudad, la más populosa, –lugar donde comenzaron los hechos del 18 de diciembre– de finales de mayo de 1989. Aquella vez unos pocos cientos de personas se congregaron con intención de pedir alimentos, pero fueron reducidos y dispersados sin mayores dificultades por efectivos de la policía entrerriana. Quizás, tomando a Javier Auyero, podamos hablar de un movimiento de característica “Glocal” –la ola de saqueos recién el día 19 se extendería por el resto del país–, más allá de la presencia cierta o fabulada de agitadores e instigadores llegados desde otros puntos de la provincia. (…) Un día duró la furia. Diez comercios entre supermercados, autoservicios y depósitos de alimentos fueron arrasados. Las fuerzas disponibles por parte de la policía provincial y fuerzas nacionales con asiento en Concepción del Uruguay se vieron desbordadas. Recién al anochecer del 19 la “normalidad” fue retornando, de la mano del estado de sitio y la virtual “ocupación” de la ciudad por parte de unas “recompuestas” fuerzas de seguridad”.

He querido hasta aquí realizar una breve pincelada de los acontecimientos que marcaron a fuego una época. En tiempos de dictadura y en tiempos de democracia la realidad política, económica e institucional Argentina fue cambiando para bien de unos pocos y para mal de muchos. A 20 años de la crisis de diciembre de 2001, tengamos memoria, fundamentalmente para no repetir los mismos errores y ver que otra realidad siempre puede ser posible, porque la Nación es una construcción colectiva de todos, una tarea dinámica y constante que no puede aceptar más divisiones intestinas si lo que interesa es el bien común, la grandeza de la patria y la felicidad del pueblo argentino.

(*) Secretario de Gobierno de la Municipalidad de Concepción del Uruguay desde el 2019. Concejal 2015-2019. Presidente de Bloque Concejales PJ 2017-2019. Presidente Comisión Hacienda y Presupuesto 2015-2019.

José Martínez de Hoz y Domingo Cavallo, privatización y deuda.
Las tapas de los diarios con la renuncia del ministro de Economía.
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