LA CONTRA… De filibusteros, piratas, corsarios y bucaneros

 

Por Luis B. García
Escritor – Periodista

 



1.
Corsarios son quienes con naves privadas se apoderan de embarcaciones enemigas de un Estado, autorizados por patentes conferidas por éste. Filibusteros, tripulantes de pequeños filibotes o “fly boats”, independientes de toda autoridad territorial, anarquistas, igualitarios, fundadores de colonias democráticas en América del Norte y Madagascar. Bucaneros, o Hermanos de la Costa, fueron comunidades de pobladores ilegales de las colonias españolas que sembraban tabaco y ahumaban carne en parrillas o “boucans”. En cuanto al pirata propiamente dicho, el exhaustivo lexicógrafo inglés Samuel Johnson lo define en su Dictionary como “un ladrón del mar”.

2.
La piratería, el segundo oficio más viejo del mundo, se sigue ejerciendo hasta nuestros días.
En el año 2023 se registraron 120 incidentes de esa índole. Para tipificar tales atrocidades, el artículo 101 de la Convención de Naciones Unidas sobre Derecho del Mar de 1982 califica como  piratería: “Todo acto ilegal de violencia o de detención o todo acto de depredación cometidos con un propósito personal por la tripulación o los pasajeros de un buque privado o de una aeronave privada y dirigidos: i) Contra un buque en alta mar o contra personas o bienes a bordo de ellos; ii) Contra un buque, personas o bienes que se encuentren en un lugar no sometido a la jurisdicción de ningún Estado.

3.
Interpretemos tal disposición conforme a la lógica jurídica. Constituyen piratería hechos “cometidos con un propósito personal por la tripulación o los pasajeros de un buque privado”. Lo cual lleva a la contradictoria conclusión de que cualquier “acto ilegal de violencia o de detención o todo acto de depredación” en alta mar o en un lugar no sometido a ningún Estado, no sería piratería si se comete desde naves públicas o militares.

4.
Pero el personal militar, sus armas, equipos y transportes terrestres, aéreos o navales tienen por finalidad esencial defender su propio país contra agresiones externas, pero no están autorizados a actuar fuera de su territorio ni en contravención de las leyes nacionales e internacionales, y menos cuando no existe declaración de guerra. Un soldado puede ejercer violencia en defensa de su patria, pero su condición de personal armado no lo autoriza para hurtar, estafar, robar, violar, secuestrar, asesinar, incendiar, destruir y en líneas generales quebrantar el ordenamiento jurídico sin ser declarado responsable y culpable por ello. Quien comete violencias ilegales sin que exista Estado de Guerra, responde por ellas independientemente de su condición militar o de que se sirva para sus atropellos de naves públicas.

5.
Por iguales causas, su  pillaje  no puede ni debe ser calificado como “incautación”, “decomiso” o  “confiscación”, ni jurídica ni comunicacionalmente. Se incauta, confisca o decomisa en ejecución de normas vigentes legítimamente aplicables. ¿Y cuál Ley, decreto, tratado o normativa atribuye competencia a Estados Unidos para abordar, usurpar, robar, pillar, saquear y destruir todas las naves, cargamentos y tripulaciones de cualquier nacionalidad en aguas extraterritoriales en donde por consiguiente no tienen competencia autoridades estadounidenses ni son obligatorias sus normas?
Por tanto, tipificar jurídicamente ciertos crímenes horrendos como piratería es conferir competencia a todos los Estados del mundo para prevenirlos, perseguirlos y sancionarlos.

7.
Si, por el contrario, se interpreta que cualquier país puede impunemente interceptar, capturar saquear o destruir embarcaciones o tripulaciones que naveguen en el Mar Libre, es decir, fuera de sus aguas territoriales, ello equivaldría al fin del comercio marítimo mundial. Habría que regresar al incosteable e impracticable sistema colonial de los siglos XVII y XVIII, de Flotas o convoyes de mercantes custodiados por escuadras de buques de guerra desde y hacia puertos fortificados, todos actualmente vulnerables a la misilística moderna.
La piratería, crimen contra la humanidad, sólo puede ser erradicada por la totalidad del género humano.