Más allá de los sofocos: Cómo la menopausia afecta al cerebro, corazón, metabolismo y otros sistemas del cuerpo

La menopausia, marcada por la caída en la producción de estrógeno, genera más de dos decenas de síntomas que van desde alteraciones cognitivas y sequedad bucal hasta cambios en la salud cardiovascular, redistribución de la grasa corporal y problemas urinarios, según explican especialistas.

La transición menopáusica afecta diversos sistemas debido a que el estrógeno, cuya producción decae, desempeña un papel clave en múltiples procesos fisiológicos desde la pubertad. Esta disminución provoca que tejidos se resequen, se reduzca la densidad ósea y ocurran otros cambios.



Efectos en el Cerebro

La variación en los niveles de estrógeno afecta al hipotálamo, región cerebral que regula la temperatura, originando los sofocos. Estos, a su vez, pueden causar insomnio, lo que afecta la atención y contribuye a la «niebla mental». También se registran cambios en la memoria verbal y son comunes alteraciones del estado de ánimo como depresión, ansiedad e irritabilidad, aunque sus causas exactas (sueño deficiente, efectos de los sofocos, interacción hormonal con neurotransmisores) aún se investigan.

Boca y Garganta

La pérdida de estrógeno reduce la humedad, provocando sequedad bucal, lo que puede alterar el sentido del gusto y la salud bucal general. Puede haber cambios en la voz (más grave o ronca) debido a la afectación de la hidratación y el tono muscular de la laringe. El aumento de peso y la pérdida de masa muscular en esta etapa elevan el riesgo de apnea del sueño.

Sistema Cardiovascular

El estrógeno ayuda a controlar el colesterol, previene la formación de placa y mantiene las arterias elásticas. Durante y después de la menopausia, aumentan el colesterol y la presión arterial, las arterias se vuelven más rígidas y se equipara el riesgo de enfermedades cardíacas al de los hombres. Las fluctuaciones hormonales también pueden causar palpitaciones. Los dolores de cabeza pueden relacionarse con la constricción de los vasos sanguíneos.

Metabolismo y Peso

Es común una redistribución de la grasa, acumulándose más en el abdomen y menos en caderas y muslos. Suele haber una modesta ganancia de peso (2 a 5 kg atribuibles al proceso), influenciada también por el insomnio (que aumenta el apetito) y por un incremento en la resistencia a la insulina.

Genitales y Vías Urinarias

La sequedad vaginal es característica, pudiendo hacer dolorosas las relaciones sexuales y actividades cotidianas. Suele haber una disminución de la libido y mayor dificultad para alcanzar el orgasmo, debido al dolor, menor irrigación sanguínea al clítoris y disminución de testosterona. Los cambios en el tejido y microbioma vaginal (menor acidez, pérdida de glucógeno y lactobacilos) predisponen a infecciones urinarias recurrentes, incontinencia y micción frecuente.

Huesos, Músculos y Articulaciones

La pérdida de estrógeno altera el balance entre la descomposición y formación de hueso, reduciendo la densidad ósea (hasta un 15% o más). También son comunes el dolor articular y los dolores corporales, posiblemente por la pérdida de humedad y elasticidad en los tejidos conectivos.

Aclaración y Tratamientos

No todos los síntomas afectan a todas las mujeres, y algunos pueden tener otras causas (medicamentos, artritis, envejecimiento). Para los casos relacionados con la menopausia, la terapia hormonal sistémica puede aliviar de forma segura una amplia gama de síntomas. Los estrógenos locales aplicados en la vagina tratan problemas urinarios y sexuales, y existen opciones no hormonales en aumento. Algunos síntomas desaparecen con la adaptación del cuerpo, mientras otros pueden persistir.