Falleció el médico Daniel Ojeda: cumplía condena por la muerte de dos pacientes en cirugías clandestinas

El médico cirujano Daniel Ojeda, de 61 años, falleció mientras cumplía una condena unificada de 11 años por la muerte de dos pacientes y por intervenciones realizadas en clínicas no habilitadas. Su deceso, confirmado por familiares directos de una de las víctimas, aún no tiene causas oficiales informadas y ocurrió mientras permanecía detenido en una cárcel patagónica.

Ojeda cumplía una pena firme por homicidio y lesiones tras encabezar procedimientos estéticos clandestinos. El profesional había sido condenado por dos causas: una en Entre Ríos, por la muerte en 2019 de la ciudadana uruguaya Iris Amaro, quien se sometió a una liposucción en Concordia; y otra en Capital Federal, vinculada al fallecimiento en 2022 de Débora Campos Gonzáles, intervenida en un departamento adaptado como clínica ilegal en Villa General Mitre.



El Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº1 de Buenos Aires unificó ambas sentencias y fijó una pena única de 11 años de prisión, además de extender a 16 años la inhabilitación para ejercer la medicina. El médico permanecía alojado en el penal de Ezeiza, donde cumplía la condena dictada por la justicia porteña.

Durante el juicio desarrollado en 2024 en CABA, Ojeda reconoció su responsabilidad ante los magistrados Fernando Ramírez, Luis Salas y Adrián Pérez Lance. El tribunal lo encontró culpable de homicidio simple en concurso ideal con desobediencia a una orden judicial, imponiéndole una pena de 8 años por este hecho.

El antecedente de Concordia pesó en la unificación. Cuando ocurrió la muerte de Campos Gonzáles, el cirujano ya contaba con una condena previa de 8 años y una prohibición profesional vigente desde enero de 2021. Por ese motivo, los jueces dispusieron finalmente una pena conjunta de 11 años, cuyos fundamentos completos se conocerán oficialmente el próximo 1° de octubre.

La Fiscalía, representada por Horacio Azzolin y la auxiliar Jazmín Auat, había solicitado exactamente la pena que terminó otorgando el tribunal. En su alegato, ambos remarcaron que Ojeda actuó en flagrante incumplimiento de la inhabilitación que regía al momento de realizar la intervención que derivó en la segunda muerte.