Entre Ríos: Hasta un 40% de los trabajadores gastronómicos no está registrado

La alta tasa de empleo no registrado, que oscila entre el 30% y el 40%, junto con la sobrecarga laboral y un panorama económico incierto, definen la actual situación del sector gastronómico en la provincia de Entre Ríos, según informó el sindicato del sector.

José Trlin, secretario general de la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (UTHGRA) en Entre Ríos, analizó los desafíos estructurales que enfrenta la actividad. Explicó que, si bien la llegada de días más templados y cálidos marca el inicio de la temporada alta con un mayor movimiento en bares y restaurantes, este incremento no se traduce sistemáticamente en más empleo registrado.



«Cuando hay buen clima, que permite sacar mesas afuera, siempre se contrata a alguien más: un lavacopas, un mozo, un ayudante de cocina. Pero muchas de esas incorporaciones no se registran», detalló Trlin. Aunque el convenio laboral habilita la figura del trabajador por un día, la práctica demuestra que el empleo eventual rara vez queda formalizado.

Esta dinámica conlleva una sobrecarga laboral para los empleados registrados. «En algunos casos contratan a alguien para que ayude y en otros casos quedan los mismos trabajadores, pero haciendo tres, cuatro tareas juntas. Y en ese caso se recarga al personal: el mozo termina siendo mozo, limpiando, cargando la heladera y haciendo varias tareas a la vez», señaló el dirigente sindical.

Trlin ejemplificó cómo la estacionalidad y los factores climáticos impactan en las jornadas laborales: «Tenés lugares con mesas al aire libre, y si llueve no se puede trabajar, entonces mandan al trabajador a su casa, pero mañana se tiene que quedar un rato más o venir un rato antes porque va a haber buen tiempo».

Respecto al debate sobre la reforma laboral, el referente consideró que la actualización de la normativa es necesaria debido a la aparición de nuevos puestos y modalidades de trabajo no existentes cuando se sancionó la ley vigente. No obstante, enfatizó que el proceso debe ser inclusivo: «Para que sea una ley que realmente tenga beneficio para todos los sectores, tienen que convocar a los empresarios, al sindicato y que esté el Estado y que se discuta algo conjunto; no desde el Estado imponer algo sin consultar a los empresarios, que son actores principales, y a los trabajadores».

Trlin expresó escepticismo sobre la capacidad de una reforma legal para revertir la informalidad si no se modifica previamente la cultura empresarial: «Están hablando de hacer una ley para que la informalidad, que llega al 50% o el 60% de los trabajadores, se revierta y pase a lo formal. Esa es la excusa de la modernización laboral. Ahora bien, nosotros tenemos una cultura de empresarios que está acostumbrado a evadir impuestos desde la no facturación, y desde el trabajo no registrado».

El sindicalista argumentó que un eventual descenso en las cargas sociales no necesariamente incentivaría la formalización: «No veo que modificando la ley un empresario tenga un incentivo, que si hoy no paga cargas sociales porque tiene todo en negro, por más que a las cargas sociales de 100% las bajen a 50% no las va a pagar, porque hoy paga cero». Y añadió: «A la gente se se le dice que con la ley laboral va a haber más puestos de trabajo, pero considero que se le está mintiendo, porque el empresario que hoy paga cero, nada lo va a incentivar a que pague un peso más».

Para ilustrar la situación, Trlin realizó una comparación salarial: «El que está en blanco en nuestro sector cobra un millón de pesos de bolsillo en promedio. El que cobra en negro debería cobrar más de un millón, porque habría que sumarle los aportes que evita hacer el empleador por ese trabajador, pero la realidad es que el que está en negro cobra 800.000 pesos, ni siquiera llega al sueldo de bolsillo de alguien que está en blanco. Le pagan mucho menos todavía, incluso ahorrando por no hacerle los aportes que corresponden».

Según los relevamientos periódicos del sindicato, la informalidad afecta a entre el 30% y el 40% de los trabajadores gastronómicos en la provincia. Además, dentro del universo de trabajadores formalizados, más de la mitad está registrado en forma deficiente. «De cada 10 trabajadores, tres o cuatro están en negro. Y del resto, el 50% figura con menos horas de las que trabaja. Sólo el 30% está registrado como corresponde», alertó Trlin.

En cuanto a la cantidad de trabajadores, el dirigente precisó que en la costa del Paraná hay entre 2.200 y 2.300 registrados, mientras que en la costa del Uruguay la cifra se duplica. «En toda la provincia hay entre 7.000 y 8.000 trabajadores formales, aunque el número real, contando la informalidad, es considerablemente mayor», indicó.

Sobre las perspectivas para la temporada estival, Trlin se mostró cauteloso: «Tradicionalmente, la costa del Paraná no es la más fuerte durante la temporada estival, a diferencia de la costa del Uruguay, que posee playas más desarrolladas». Agregó que el sector enfrenta la competencia de destinos internacionales: «Hoy es más barato salir del país que hacer turismo interno. Entre Ríos compite con Brasil, y muchas veces es más económico cruzar la frontera que vacacionar en la provincia».

Sin embargo, identificó un factor potencialmente favorable: el turismo de cercanía, especialmente desde Santa Fe, Rosario y localidades de la propia provincia. «Si la economía mejora un poco, puede haber un movimiento interno interesante», concluyó el secretario general de UTHGRA en Entre Ríos.