La actualidad y los desafíos de una especialidad tan importante como el propio respirar.

Se acerca una nueva estación del año, la primavera. Tiempo de temperaturas templadas en una provincia cada vez más subtropical, de aumento de la luz solar, rebrote de la vegetación y la floración, y con todos estos cambios se producen afecciones de tipo respiratorias. Vivir a la vera del majestuoso río Uruguay más el alto porcentaje de humedad constante también tiene su incidencia y es por eso que La Calle dialogó con el médico neumólogo Fabián Victorio, quien cálidamente nos graficó la actualidad y las principales características de las enfermedades respiratorias que suelen padecer los uruguayenses.
-¿Cuáles suelen ser los motivos de consulta más comunes en los uruguayenses al momento de asistir a consultorio?
-En general, las mayores consultas son por cuadros banales, o sea episodios catarrales o resfríos comunes. Tenemos pacientes con enfermedades respiratorias crónicas como asma, EPOC, rinitis alérgica o sinusitis. Otro motivo de consulta frecuente son los pacientes con tos crónica, es decir, aquellos con tos de más de ocho semanas de duración, donde hay que encontrar la causa para controlarla y tratarla adecuadamente. Estos serían los espectros de consulta más frecuentes. También hay otras enfermedades menos frecuentes como fibrosis pulmonar, apnea del sueño, bronquiectasias, que plantean desafíos diagnósticos y terapéuticos, pero no son de las consultas más comunes en lo que a nuestra población se refiere.
-¿Se pueden mejorar estas problemáticas comunes?
-Los cuadros que mencionaba, aunque no revisten gravedad, generan sintomatología molesta, ausentismo laboral y son un problema importante. Estos cuadros tienen mucho que ver con la condición climática. Este año, con un invierno más frío y húmedo, hubo una mayor circulación viral de diferentes tipos de virus respiratorios. Es importante destacar la importancia de la profilaxis, especialmente en pacientes con comorbilidades respiratorias, cardiovasculares, enfermos oncológicos, pacientes con diabetes, insuficiencia renal crónica, etc. La vacunación antigripal y antineumocócica son fundamentales. La vacuna antineumocócica ha cambiado con la aparición de una nueva variante que está disponible en el calendario y se ofrece de forma gratuita en centros de salud para personas mayores de 65 años o con comorbilidades.
Los cuidados personales son muy importantes, especialmente en condiciones climáticas que favorecen la circulación de virus respiratorios. El uso de barbijo en pacientes con cuadros respiratorios que producen tos es una medida efectiva para disminuir la transmisión de virosis respiratorias. Aunque se perdió este hábito después de la pandemia, sería interesante conservarlo. En la consulta diaria, vemos pacientes que no usan barbijo, y nosotros debemos ofrecerles o pedirles que se lo coloquen para evitar la transmisión de patógenos a otras personas en la sala de espera.
-Imagino que algunas afecciones respiratorias pueden estar asociadas a los espacios y funciones donde se trabaja diariamente. ¿Hay conciencia sobre esto?
-Hay ciertas actividades que son más predisponentes, fundamentalmente el personal de salud, es decir, aquellos que estamos expuestos a pacientes con patologías respiratorias que se transmiten por vía aérea. Obviamente, tenemos que tomar precauciones para evitar contraer esas afecciones que están cursando nuestros pacientes. Después, es importante mantener los espacios de trabajo, sobre todo si son lugares pequeños o cerrados o con gran cantidad de personas, con adecuada ventilación. También es importante tratar de evitar la presencia de contaminantes o volutantes medioambientales en el lugar. Todo eso es sumamente importante para disminuir, aunque no se puede eliminar completamente, la posibilidad de transmisión de este tipo de cuadros.
-Se viene un nuevo cambio estacional y eso genera mucho cambio climático, de temperaturas. Mayor presencia de polen y alérgenos… ¿Qué suele traer aparejado?
-No hay una mayor incidencia específica en primavera, aunque sí es cierto que para ciertos pacientes con enfermedades alérgicas, como rinitis alérgica o rinosinusitis alérgicas, la temporada de polinización puede ser más problemática. Sin embargo, en nuestra zona, los niveles elevados de humedad son un factor importante que actúa como irritante de la vía aérea, disminuyendo los mecanismos de protección del aparato respiratorio y aumentando la prevalencia de este tipo de afecciones.
Si los niveles de humedad disminuyeran por debajo del 50%, entre un 30% y un 50% de humedad ambiente, la incidencia de estos cuadros disminuiría notablemente. Pero normalmente vivimos con niveles ambientales por encima del 50%, más cercanos al 100% que al 50%, lo que determina la mayor prevalencia de este tipo de cuadros en la población en general. Por supuesto, aquellos con predisposición alérgica se ven mucho más expuestos al desarrollo de estos cuadros.
-Estamos complicados. Vivimos en una zona húmeda, contra un importante río…
-Toda la zona litoral, incluyendo provincias como Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Santa Fe y la provincia de Buenos Aires, tiene una altísima prevalencia de enfermedades de tipo alérgico. Antes, nuestra región era considerada templada, pero hoy vivimos en un clima subtropical. Esto tiene que ver con los niveles de humedad ambiente, que más allá de la polinización, favorecen la presencia de hongos medioambientales y volátiles con gran capacidad alergénica.
Estos hongos pueden desencadenar episodios alérgicos en personas predispuestas, tanto en la parte respiratoria como cutánea. La alta densidad de hongos medioambientales puede llevar a desarrollar cuadros cutáneos y respiratorios de origen alérgico.
-¿Cuán importante es el lavado de manos y la vacunación para evitar problemas mayores? ¿Salud pública ha modificado algún esquema del calendario?
-Obviamente, los hábitos que adquirimos en pandemia, como el lavado de manos, el uso del barbijo en aquellas personas que tienen algún cuadro respiratorio, y toser sobre el codo y no sobre la mano, son importantes. Sin embargo, lamentablemente, después de la pandemia, estos hábitos desaparecieron.
A nivel masivo, no hay campañas publicitarias que promuevan estos hábitos, y aunque nosotros podemos hacerlo desde nuestro centro de salud, no es lo mismo. El uso del barbijo en lugares cerrados y concurridos es lógico y considerado hacia los demás.
Lo único que se ha mantenido es el uso del alcohol en gel o líquido al 70%, pero tampoco es que todo el mundo lo usa. En general, hemos perdido esos hábitos que eran muy importantes, y desde el punto de vista de las autoridades de salud pública, no se hace ninguna campaña para sostenerlos,» concluyó señalando el especialista en neumología Fabián Victorio.
El coronavirus, la sensibilidad social y la necesidad de vacunas
«El coronavirus sigue entre nosotros, aunque ya no tiene la trascendencia que tenía en 2020 y 2021. Hoy en día es una virosis respiratoria más, potencialmente grave en personas predispuestas o con factores predisponentes, como pacientes cardiovasculares y obesos, que fueron parte de la población más afectada y con mayor mortalidad durante la pandemia. No tanto los pacientes con enfermedades respiratorias, como EPOC y asma. Sí sabemos que estos pacientes no tuvieron una mayor mortalidad que el resto de la población cuando contrajeron COVID-19.
De todas maneras, el coronavirus sigue siendo un virus potencialmente peligroso, aunque no al nivel de pandemia. Ha sufrido mutaciones, pero hasta el momento no han generado alerta ni temor en términos de salud pública, ni se han producido brotes significativos con las características de la pandemia.»
Aún así hay que seguir promoviendo la vacunación supongo…
«Lo que se sigue recomendando es la vacunación, aunque es un tema controvertido. La recomendación actual es que la población general se aplique una dosis de vacuna contra el coronavirus anualmente. Sin embargo, sabemos que un alto porcentaje de la población ni siquiera tiene el esquema completo de vacunación, que era de dos dosis y tres refuerzos. La mayoría de las personas solo tienen dos o tres dosis y no se han dado más vacunas.
En cuanto a la población con factores de riesgo, se recomienda una dosis cada seis meses, pero en general, los médicos recomendamos al menos una dosis anual, coincidiendo con la aplicación de la vacuna antigripal. Sin embargo, he tenido la experiencia de preguntar por la vacuna COVID en un centro de vacunación y me dijeron que no la tenían disponible, a pesar de saber que en otros lugares sí se aplica.»
Hay complicaciones con la provisión o distribución final…
«En algunos centros de vacunación tienen la vacuna y en otros no. No tengo claro a nivel oficial cómo se está manejando esto, si les están dando provisión de vacunas o no. Es un tema controversial. Acá en Uruguay, en abril del año pasado no había vacuna disponible, y en abril de este año tampoco. Me dijeron en el centro de vacunación que no recibían vacunas contra el COVID.
Sin embargo, otros pacientes que iban a otros centros de salud de la ciudad sí recibían la dosis de vacuna contra el COVID. No sé qué vacunas están repartiendo, y tampoco está demasiado claro desde el punto de vista de la evidencia científica hasta qué punto la reiteración de la inmunización contra el coronavirus mejora la inmunidad contra ese virus.»
Más allá del temor latente, ha ido perdiendo fuerza el coronavirus.
«Es un tema sobre el cual prácticamente ya no se habla más. No creo que la realidad epidemiológica implique que haya que poner todos los recursos en eso. Este año, por ejemplo, hubo mucha gripe y muchos virus respiratorios, pero cuadros no graves.
Hoy por hoy, no hay a nivel internacional ninguna infección, ningún brote, nada que surja o que se plantee como amenaza. Es decir, las pandemias no ocurren todos los años, tienen sus ciclos y ocurren en cada determinado período de tiempo. Lo que pasa es que nosotros quedamos muy sensibilizados por lo que nos tocó vivir en 2020 y 2021.
En este momento, no hay ningún microorganismo en particular que esté planteándose como una amenaza a nivel global. Por el momento, no es así
A cuidarse, prevenir y perder el temor…
En conclusión, lo fundamental es que la gente reciba la vacuna antigripal y la vacuna antineumocócica. Para ciertos grupos de pacientes, también está indicada la vacuna contra el virus respiratorio sincitial, que es una sola dosis. Sin embargo, esta vacuna no está en el calendario de vacunación y es de alto costo.
Como especialistas, debemos recomendar la vacunación a los grupos de riesgo y ser enfáticos con ciertos pacientes, especialmente aquellos mayores de 60 años con comorbilidades, ya que esta infección puede dar lugar a cuadros de extrema gravedad y riesgo de muerte. La vacuna puede evitar este resultado fatal, pero es una vacuna de muy alto costo y no está en el calendario oficial de vacunación, por lo que las personas la tienen que pagar.»