El mundo de la moda despide a Giorgio Armani, quien murió este jueves a los 91 años. Nacido en Piacenza, Italia, en 1934, provenía de una familia humilde en la que su madre lo introdujo en el valor del estilo. Aunque comenzó la carrera de Medicina, pronto descubrió que su verdadero camino estaba en la moda, terreno en el que se consagró como creador y empresario visionario.
Sus primeros pasos fueron junto a Nino Cerruti, donde adquirió experiencia y libertad creativa. Para 1975 ya había lanzado su propia marca, defendiendo con firmeza la independencia que marcaría toda su trayectoria: “Solo mantendré mi autonomía si tengo independencia. Mis decisiones son reflejo genuino de mi creatividad y responden únicamente a mis clientes”, declaró entonces.
Con el correr de las décadas, Armani se consolidó como uno de los diseñadores más influyentes del mundo, elegido por celebridades, reconocido por especialistas y convertido en sinónimo de elegancia masculina. Su emblema, el águila, representaba la libertad que inspiraba su estilo.
El sello “Armani” se definió por la silueta aligerada, la deconstrucción de la prenda y la búsqueda de lo esencial. Su formación en Medicina le permitió comprender la anatomía humana y trasladar esa sensibilidad al diseño, creando ropa que acompañaba al cuerpo sin artificios.
Autodidacta en el dibujo, inspirado en los bocetos de Yves Saint Laurent, inició su carrera como escaparatista en los grandes almacenes Rinascente de Milán antes de debutar en Cerruti. Su gran salto a la fama internacional llegó en 1980, cuando vistió a Richard Gere en *American Gigolo*. Las escenas del actor enfundado en trajes Armani marcaron un antes y un después para la moda en Hollywood y le abrieron el mercado estadounidense.
Un año antes había incursionado en la moda femenina, reinterpretando los cortes masculinos con tejidos más suaves, que favorecían el movimiento y la comodidad.
En cada Semana de la Moda de Milán, su imagen atlética y bronceada, vestido con una camiseta oscura y saludando con discreción al final de sus desfiles, se volvió un símbolo. Definido como un hombre de “mirada azul penetrante”, Armani instaló un minimalismo moderno y sofisticado que fue imitado en todo el mundo.
Además de creador, fue un empresario astuto que supo transformar su nombre en una marca global. Su legado trasciende la moda y queda como referencia indiscutida de elegancia y libertad creativa.