Con música, teatro, juegos y mucha emoción, este sábado se realizó “La Kermés de Almafuerte”, una celebración popular que reunió a vecinos y vecinas del barrio Los Tanques en torno a la historia del emblemático club Almafuerte. La propuesta se enmarcó en el programa “El Club de mi Barrio”, un proyecto comunitario que busca recuperar la memoria viva de las instituciones deportivas locales, y que fue seleccionado con el puntaje más alto en la convocatoria 2024 del Instituto Nacional del Teatro para iniciativas de impacto comunitario.
El proyecto, impulsado por Valeria Blanco, Guillermina Bevacqua y Olivia Reinhardt, con apoyo del INT y la Municipalidad de Concepción del Uruguay, tuvo como primera experiencia de trabajo al Club Almafuerte, donde se desarrollaron talleres teatrales y actividades de reconstrucción histórica junto a socios y vecinos.
Recuperar la historia, compartir la memoria
Durante el proceso, se recopilaron relatos orales, anécdotas y recuerdos sobre eventos sociales clave en la vida del club: campañas solidarias, fiestas comunitarias, míticas kermeses y hasta el recordado paso de la legendaria Mariyandá por Plaza Ramírez. Este trabajo fue plasmado en una serie de actividades que mezclaron la emoción de la memoria con la frescura del juego.
Uno de los momentos destacados del sábado fue la reinauguración del Rincón Histórico, un collage fotográfico que fue restaurado y rediseñado con criterios de conservación, presentando documentos, fotos y recortes de prensa originales que dan cuenta de la rica historia del club.
Una fiesta para todos los sentidos
La jornada combinó múltiples propuestas culturales para toda la familia. Hubo juegos tradicionales coordinados por Nati Cuestas, una función de títeres a cargo de Miriam Cheres con su obra “Historias con títeres”, intervenciones teatrales, música y muchas sorpresas para los más chicos. La entrada fue libre y gratuita, y el clima de celebración se mantuvo a lo largo de toda la tarde.
«La Kermés de Almafuerte” fue mucho más que una fiesta barrial: fue un acto de amor hacia la historia compartida, una puesta en valor del esfuerzo colectivo que dio origen al club, y una apuesta a seguir construyendo comunidad a través de la cultura y la memoria viva.
Como expresaron las impulsoras del proyecto, “celebrar el club es celebrar a los vecinos que soñaron en comunidad”. Y este sábado, ese sueño volvió a cobrar vida.