JOSÉ ELECTO BRIZUELA, CATAMARQUEÑO POR NACIMIENTO, URUGUAYENSE POR ELECCIÓN

José Antonio Artusi
Arquitecto – Docente

José Electo Brizuela nació en Catamarca el 11 de marzo de 1893 y murió en Concepción del Uruguay el 24 de abril de 1940. Se recibió de maestro y de profesor de Ciencias Naturales en la Escuela Normal de Paraná y volvió a su ciudad natal, en la que comenzó a ejercer la docencia y llegó a ser vicedirector de su Escuela Normal. Un conflicto estudiantil de trágicas consecuencias tendría como derivación que abandonara Catamarca y se afincara en Concepción del Uruguay, ciudad en la que residió hasta su muerte.

Tras el estallido de la reforma universitaria en Córdoba en 1918, sus ecos llegaron hasta Catamarca, que, si bien no tenía en ese entonces universidad, vio como las banderas reformistas eran adoptados por muchos estudiantes secundarios. El líder de esos estudiantes era Antonio Taire, alumno de cuarto año, asesinado en agosto de 1920 por resistirse a publicar una enmienda periodística. Los estudiantes no estaban solos, numerosos profesores reformistas los apoyaban, sobre todo José Electo Brizuela. La solidaridad del profesor con el estudiante mártir no sería gratuita. Ante amenazas de muerte y temiendo por la suerte de su familia, Brizuela se dirigió a Córdoba, donde recibió el apoyo y la recomendación de Ramón José Cárcano. ¿Que unía al conservador cordobés con el socialista catamarqueño? Todo indicaría que la coincidencia en los principios liberales del ideario reformista. En su obra “Antonio Taire, el mártir”, Carlos Gallo señala que “Cárcano recibió a Brizuela y le dio una mano. Hasta le dio a elegir el nuevo destino”. Y Brizuela eligió a Concepción del Uruguay.



Jorge Villanova sintetiza su actuación política en la capital histórica de Entre Ríos: “Brizuela desarrolló su actividad en las décadas del veinte y del treinta: candidato a concejal en Concepción del Uruguay en 1923, 1925, 1929; fue elegido ese último año… junto a Raúl Fernández… Fue candidato a diputado en 1924, por el circuito Uruguay – Colón donde obtuvo 881 votos, el 31% de los sufragios positivos. También lo fue en 1926, 1930 y 1931, en esta última elección el Partido Socialista integró la Alianza Civil, junto al Partido Demócrata Progresista. Y fue candidato a convencional constituyente en 1932 para reformar la Carta provincial”.  En 1931 Brizuela intentó, sin éxito, renovar su mandato en el concejo deliberante. Es interesante reflejar algunas de las propuestas del socialismo en ese momento, tal como se detallan en la obra de Villanova: “Se gravarían las tierras excluídas las mejoras; … gravámenes al vicio, lujo y privilegios en general, y supresión de impuestos a los artículos de primera necesidad; … también se proponía darle el máximo impulso a las cooperativas de consumo y de construcción de viviendas…”. Algunos de esos puntos pueden encontrarse también en plataformas electorales del radicalismo de esa época.     

Brizuela fue profesor en el Colegio del Uruguay y en la Escuela Normal. Cesanteado por el gobierno nacional en 1931 por su filiación política, sin sumario alguno, fue reincorporado en 1932. Formó parte de las comisiones directivas de la Universidad Popular y de la Asociación Educacionista La Fraternidad. Integró y presidió la Biblioteca Popular “El Porvenir”. Durante su presidencia esta institución fundó el Museo de Bellas Artes, cuyo salón lleva su nombre. En 1934 se logró, tras gestiones ante el presidente municipal, Justo Germán Ravenna, la sanción de la ordenanza 981, que crea la Comisión Municipal Oficial de Bellas Artes. A partir de ese momento la institución formó parte de la Federación de Comisiones Oficiales de Bellas Artes. En 1936 Brizuela presidió la primera Comisión Municipal de Bellas Artes, y el 8 de julio de 1937 se inauguró su museo. En ese acto pronunció palabras que reflejan algunas facetas de su pensamiento, más allá de los estrictamente artístico: “Esta ciudad…, es la ciudad del Colegio famoso y del Pronunciamiento, dos distintas expresiones de un mismo anhelo patriótico que, uniéndose como los brazos que sostienen en lo alto el símbolo frigio de nuestro escudo, contribuyeron a elevar el plano superior de la humana dignidad la cultura de la Nación, asegurando una la libertad y dándole la otra, en parte, su contenido, bajo el concepto de que la libertad no es otra cosa que el marco amplísimo para elaborar, por la educación, la plenitud humana e la grandeza de la patria”.

José Electo Brizuela publicó numerosos artículos en diversos medios gráficos, en Los Principios y La Juventud de Concepción del Uruguay, en El Argentino de Gualeguaychú y en La Nación y la Prensa de Buenos Aires. También es autor de trabajos científicos sobre ciencias naturales, a los que se debe que un yacimiento de Santiago del Estero de la formación geológica del pampeano medio lleve su nombre.

Al despedir sus restos ocuparon la tribuna, entre otros, el conservador Rodolfo Seró Mantero y el radical yrigoyenista Delio Panizza. El “señor de Montiel” lo evocó como un “profesor en un sentido casi desusado de la cátedra; más que eso: Maestro en la más hermosa y la más noble de sus acepciones… Su cátedra fue un símbolo, en estos tristes tiempos de encumbramientos increíbles. Su palabra fue siempre lección, en estas horas en que la juventud carece ya de guía”. Y al cumplirse un año de su muerte Panizza lo recordó así: “… dentro de la pobreza de sus medios económicos era un millonario de ideales y cruzó por su senda donando a manos llenas las flores de su espíritu infatigable y buceador de bellezas, de su corazón acelerado constantemente en el ritmo de la justicia y la equidad y de su cerebro acicateado sin descanso por la investigación científica o por la curiosidad literaria”.

A 20 años de su muerte, el periódico Alborada, bajo el título “Brizuela: laico, republicano y socialista”, lo evocó de esta manera: “Fue un humanista que no perdió contacto con la realidad. Sabía muy bien y lo decía, que la propiedad es un factor decisivo en la formación espiritual. Comprendió meridianamente que de nada valen los planes educativos si no están regulados por una concepción económico – política que lleve por lema estas palabras de San Agustín: “Maldito aquel que por primera vez ciñó el huerto de cercas y dijo: “Esto es mío”.” Ese creó la propiedad y destruyó la igualdad, o las de San Ambrosio: “La naturaleza creó el derecho común; la usurpación creó el derecho privado”. La mencionada publicación hace una interesante comparación con Alejo Peyret: “… en el historial del centenario Colegio pueden darse dos nombres que polarizan las dos etapas de la evolución cultural desde 1849. Alejo Peyret, el gascón, laico, republicano e integralmente liberal. José Electo Brizuela, el catamarqueño laico, republicano e integralmente socialista”.

Fuentes:
Gallo , Carlos . Antonio Taire: el mártir. Catamarca: El trébol, 2019.
Salvarezza, Luis Alberto. De los hallazgos. Buenos Aires: Dunken, 2008.
Villanova, Jorge. Fernández y Brizuela – Socialistas y artiguistas. Tinta china, 2013.