El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, exigió respeto tras las declaraciones del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien sugirió el sábado la posibilidad de reclamar la recuperación del control del Canal de Panamá si no se reducían las tarifas de peaje para los barcos estadounidenses.
Mulino, en un video difundido en redes sociales, expresó que con el próximo gobierno de Estados Unidos, que asumirá el 20 de enero de 2025, espera mantener una relación «respetuosa». Destacó que temas como la migración ilegal, el narcotráfico, el terrorismo y el crimen organizado deben ser prioritarios en la agenda bilateral, dado que representan amenazas reales que requieren atención urgente.
El mandatario panameño enfatizó que el Canal de Panamá y su zona adyacente son propiedad de la nación panameña y seguirán siéndolo. «La soberanía e independencia de nuestro país no son negociables», afirmó. Recordó que los Tratados Torrijos-Carter, firmados en 1977 por los presidentes de Panamá, Omar Torrijos, y de Estados Unidos, Jimmy Carter, acordaron la disolución de la antigua Zona del Canal, reconociendo la soberanía panameña y la plena transferencia del Canal a Panamá, lo cual se completó el 31 de diciembre de 1999.
Mulino subrayó que los Tratados Torrijos-Carter también establecieron la neutralidad permanente del Canal, garantizando su funcionamiento seguro y abierto para todas las naciones. «Cualquier postura contraria carece de validez», añadió. Además, adelantó que el próximo 31 de diciembre se celebrarán los 25 años de gestión panameña sobre el Canal.
Según Mulino, desde que el Canal pasó a manos panameñas, no ha habido objeciones ni reclamaciones. Por el contrario, ha sido un motivo de firme apoyo internacional y orgullo nacional, al convertirse en un importante activo económico que aporta miles de millones de dólares a la economía de Panamá.
En relación con las tarifas, Mulino aclaró que estas no son un «capricho», sino que fueron establecidas de manera pública y tras una audiencia abierta, teniendo en cuenta las condiciones del mercado, la competencia internacional, los costos operativos y las necesidades de mantenimiento y modernización del Canal.
Finalmente, Mulino reafirmó que el Canal seguirá siendo un patrimonio inalienable de Panamá, garantizando su uso para el tránsito pacífico e ininterrumpido de naves de todas las naciones, tal como lo estipulan la Constitución y el Tratado de Neutralidad.