HOJAS SUELTAS… Cepo growth model

Andrés Asiain
Economista

Hace unas semanas en el Council of the Americas, el presidente Milei volvió a dar el mismo discurso de siempre: que “íbamos a la hiper”, que “es el mayor ajuste de la historia de la humanidad”, que “el mundo habla del milagro argentino”, etc. Ya cansa -y hasta preocupa-, que en todo auditorio se comporte como un disco rayado. Pero esta vez dijo algo nuevo: “Es falso que no se puede crecer con cepo, es una falacia.” ¡Enhorabuena!, el austríaco es el último en enterarse. Es cierto. El período de mayor desarrollo económico del país desde la segunda posguerra hasta la última dictadura cívico-militar convivió con un prolífico entramado de controles cambiarios. A lo que cabría sumar un régimen arancelario proteccionista, y una elaborada ley de inversiones extranjeras. Por eso la inesperada queja de Sturzenegger contra Juan Carlos Onganía. Pero hay algo que suena hueco en boca de Milei. Su intención es dar por sentado que ahora hay crecimiento. Los hechos muestran otra cosa. El EMAE del Indec cayó 3,9% en junio respecto a igual mes del año anterior, sostenido por el crecimiento de 82,4% interanual de la Agricultura, que se compara contra la sequía de 2023. En el caso de la Industria Manufacturera la caída fue de 20,4%, la Construcción se contrajo 23,6%, y el Comercio disminuyó 18,6%.
A pesar de esta parálisis en la actividad, las reservas están en los niveles de febrero, con la diferencia que en aquella ocasión se tenía por delante la liquidación de la cosecha gruesa. Ahora está en los mismos niveles, pero frente al árido segundo semestre caracterizado por la retracción estacional de las exportaciones. En adición, el Gobierno quiere reducir el impuesto PAIS para las importaciones, o sea volver a dejarlo como lo tenía Massa. Ello presionará sobre el sector externo. Otro tiro en el pie fue encimar los plazos de dichos pagos.
Para coronar este cuadro de situación, de acá a fin de año vencen 4.600 millones de dólares y solo en enero otros 4.800 millones. Caputo dijo que no le preocupa que el riesgo país esté clavado en 1.500, que es un indicador “atrasado”, insinuando que el mercado tampoco la ve. Lo que no ve la calificadora Moody’s es que Caputo pueda pagar.
El verdadero milagro es que un mitómano que se la pasa haciendo chistes de pedófilos desde la campaña hasta ahora, sea presidente de la Nación.