Después de la inflación del 25,5% registrada en diciembre, impulsada por la devaluación al inicio de la gestión libertaria, se observa una disminución en las subidas de precios en alimentos y bebidas, según los relevamientos de diversas consultoras. Ahora, la atención se centra en los precios regulados de servicios, los cuales, junto con el descongelamiento, podrían ejercer presión sobre las cifras de enero.
A pesar de que se espera que la inflación de enero sea menor que la de diciembre, consultoras como LCG indican que el número no disminuirá significativamente. En la tercera semana de enero, LCG midió una inflación del 2,1% en alimentos y bebidas, marcando la quinta semana consecutiva a la baja tras el récord de 11,5% en la tercera semana de diciembre.
El acumulado del mes hasta ahora registra una inflación del 10,7%, con una subida promedio en las últimas cuatro semanas del 28,6%. Aunque el número es alto, se espera una disminución en las próximas semanas.
La consultora Eco Go midió una inflación de alimentos del 4,8% en la segunda semana de enero y proyecta una inflación mensual de alimentos de 21,3% para todo el mes. La Fundación Libertad y Progreso estima que el IPC acumulado en las primeras dos semanas de enero ronda el 10%, apuntando a un cierre mensual entre el 15% y el 20%.
Los rubros que más subieron están relacionados con la actualización de precios rezagados, como transporte, comunicaciones y medicina. Se espera que esta recomposición de precios relativos, que afecta al alza el IPC, no se confunda con una aceleración del proceso inflacionario argentino, según analistas económicos.
El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central pronostica un 25% de inflación para enero y un 213% interanual, empeorando las proyecciones para todo 2024.