Un pastor conduce sus alpacas y llamas durante el Alpabzug (desfile de vacas), desde los pastos de las cimas nevadas del suroeste de Suiza, hasta las zonas más bajas del Cantón del Valais antes de la llegada del invierno. Muy lejos de sus Andes nativos, estos camélidos han encontrado un nuevo hogar. Los granjeros suizos han comenzado a introducir rebaños cada vez más importantes, especialmente de “suris” y “hacayas” dos variedades de alpacas que producen una lana particularmente muy fina. Las prendas elaboradas con esta lana tienen una gran demanda en Europa, alcanzando valores muy lucrativos. Además, frente al problema de la erosión que evidencian las montañas del Valais causada por las ovejas, las cabras o las vacas, la alpaca ha resultado una alternativa interesante. El animal real de los Incas tiene un tipo de pezuña que no destruye la hierba ni las raíces de las plantas, preservando el frágil suelo alpino.
