Santoral
Los católicos recuerdan hoy a San Juan Vianey. Fue un campesino de mente rústica, nacido en Dardilly, Francia, el 8 de mayo de 1786. En su infancia estalló la Revolución Francesa que persiguió ferozmente a la religión católica. Así que él y su familia, para poder asistir a misa tenían que hacerlo en celebraciones hechas a escondidas, donde los agentes del gobierno no se dieran cuenta, porque había pena de muerte para los que se atrevieran a practicar en público su religión. Juan María deseaba ser sacerdote, pero a su padre no le interesaba perder ese buen obrero que le cuidaba sus ovejas y le trabajaba en el campo. Además no era fácil conseguir seminarios en esos tiempos tan difíciles. Y como estaban en guerra, Napoléon mandó reclutar todos a los muchachos mayores de 17 años y llevarlos al ejército. Y uno de los reclutados fue el biografiado. Se lo llevaron para el cuartel, pero por el camino, por entrar a una iglesia a rezar, se perdió del grupo. Volvió a presentarse, pero en el viaje se enfermó y lo llevaron una noche al hospital y, cuando al día siguiente se repuso, ya los demás se habían ido. Las autoridades le ordenaron que se fuera por su cuenta a alcanzar a los otros, pero se encontró con un hombre que le dijo: «Sígame, que yo lo llevaré a donde debe ir». Lo siguió y después de mucho caminar se dio cuenta de que el otro era un desertor que huía del ejército y que se encontraban totalmente lejos del batallón. Y, al llegar a un pueblo, Juan María se fue a donde el alcalde a contarle su caso. La ley ordenaba pena de muerte a quien desertara del ejército.
Grávida
Desde la parroquia San Roque se hizo saber que, bajo el lema: ‘Vos podés cuidar más vida’, si se conoce a alguien que tiene la intención de abortar se contacten con el 3442 515482, teléfono de Grávida.