Una testigo, un policía y una víctima declararon que los dos imputados efectuaron disparos.
La segunda jornada de la audiencia ante un jurado popular para determinar la responsabilidad de Daniel Nicolás Zuazo, alias Gordo, y Cristian Rubén Giampetri, alias Mocovela, que son juzgados por el delito de Homicidio simple en calidad de coautores, en perjuicio de Ángel Juan Jerez, significó el resquebrajamiento de las hipótesis que en la primera jornada desarrollaron las defensas en los alegatos de apertura. En esta ocasión, plantearon sus dudas respecto a poder determinar quien efectuó el disparo mortal. También desarrollaron el contexto previo de agresiones mutuas que habría desencadenado una espiral de violencia que el 16 de julio de 2020, alrededor de las 6 y en plena pandemia, puso en vilo al barrio Juan Pablo II, en calles Gobernador Pareara y Cortada sin número.
Testigo y víctima
Guadalupe Sotelo, sobrina de Giampetri puesto que éste es el tío de su pareja, declaró ayer y se mostró desconectada del momento que iba a protagonizar, habida cuenta que era la propietaria de la casa que fue incendiada previo al crimen de Jerez. Incluso, el momento de su declaración fue postergado para que fuese asistida por un médico de Tribunales ya que no pudo articular palabra. Así, se decidió darle un tiempo para que se recuperase y se dispuso que declarara sin la presencia de los imputados.
Sotelo, con visibles dificultades mnemotécnicas, declaró que los imputados fueron quienes, previo al crimen, incendiaron su casa; sostuvo que vio a ambos disparar contra un grupo de personas que se encontraba en el portón de ingreso a la casa de su madre, María Sotelo, aunque a una pregunta de una de las defensas no pudo determinar quién efectuó el disparo, no obstante haber declarado en la denuncia que fue Mocovela, por Giampetri; expresó que Jerez llegó al lugar para ayudar a retirar “las últimas cosas de la casa de mi mamá”; dijo que Giampetri tenía armas que le proveía Zuazo; reconoció, tal como lo señaló la defensa de Giampetri, que sus hermanos tenían pendientes medidas de prohibición de acercamiento al barrio por un incidente que había ocurrido una semana antes del hecho, en el que Giampetri fue herido. Incluso, ante las preguntas de la defensa, recordó que su hermano, Juna Carlos Sotelo, que tenía restricciones, fue detenido la madrugada del hecho en inmediaciones de su casa.
Relaciones familiares
Selena Brenda Zaragoza también complicó la situación de los imputados. Reconoció que Giampetri es el tío de su esposo, Juan Carlos Sotelo, sobre quien se dictaron medidas de restricción de acercamiento al barrio. Ayer dijo que vio a Giampetri disparando contra la casa de su suegra, a quien identificó como Catalina Sotelo; manifestó que los acusados, tras incendiar la casa de su cuñada, también iban a incendiar su casa, donde estaba sola con sus dos hijas por las restricciones que pesaban sobre su pareja; dijo que esa noche vio a Zuazo en el lugar pero no lo vio en el momento del disparo mortal, aunque manifestó que lo vio tirar.
Zaragoza sostuvo que no tenía problemas con la familia Giampetri, dijo que sus hijos se frecuentaban con los Giampedri, añadió que por esa relación supo que Zuazo le daba armas a Mocovela porque los chicos manifestaban que “ahí el gordo me va prestar el fierro”; deslizó que la controversia surgió por “problemas entre parientes”. En este sentido, sostuvo: “sinceramente no sé cómo llegaron a esto, yo, con los chicos de ellos me llevaba re bien”. La testigo debió ser interrogada reiteradamente para reconocer que esa noche hubo una balacera, puesto que sólo refería que los disparos los realizaban desde la casa de los Giampetri. En el mismo sentido, reconoció que con la familia Sotelo había amigos de la Villa 351, de barrio El Radar y Capibá.
Molotov
Otro testimonio importante fue el que brindó el oficial de la Policía de Entre Ríos, Martín Tórtul Alarcón. El testigo reconstruyó las medidas investigativas y de recolección de evidencias que se realizaron en el lugar del hecho. En este sentido, recordó que del levantamiento de las vainas servidas en inmediaciones de la casa de Giampetri, se pudo determinar que los tiradores se movían y disparaba desde distintos lugares. También declaró que de la casa de Giampetri se secuestraron bombas molotov. El debate continuará con nuevos testimonios.