Por Alfredo Serrano
Hasta marzo 2023, los cargos por intereses que han generado los dos acuerdos firmados con el FMI (primero por Mauricio Macri y luego por Alberto Fernández) suman 6.457 millones de dólares.
De esos 6.457 millones, el 21,6 % (1.392 millones de dólares) se pagó en años de Macri y el restante 78,4 % (5.065 millones de dólares) en años de Fernández.
La carga total en intereses que cobra el Fondo Monetario Internacional por sus préstamos resulta de la suma de tres componentes: 1) la tasa de interés del DEG (la moneda del FMI), 2) un margen del 1% sobre la tasa DEG y 3) las sobretasas.
En el caso del último préstamo concedido a Alberto Fernández en 2022, las sobretasas costaban un 3% anual. El tipo de interés que cobra el FMI por sus préstamos –la llamada tasa DEG–, subió desde el 0,22% al momento en que se firmó el acuerdo, hasta el 3,53% en marzo de 2023.
En 2023, de continuar con el tipo de interés actual, los cargos totales que se pagarán al fondo serán de 3.300 millones de dólares.
Esta cifra representa un 0,7% del PIB medido en dólares por el Banco Mundial (2022). Equivale a casi un tercio del déficit primario (2,4%) de 2022. Representa un 40% del componente financiero del déficit y equivale a casi la totalidad del déficit de la cuenta corriente.
Es evidente que la magnitud y el peso que significan estos cargos para Argentina discrepan con los principios fundacionales del FMI. El Artículo I del Convenio Constitutivo establece que entre sus fines están los de “…acortar la duración y aminorar el grado de desequilibrio de las balanzas de pagos de los países miembros” y el de poner a disposición de los países miembros “los recursos generales del Fondo, dándoles así oportunidad de que corrijan los desequilibrios de sus balanzas de pagos sin recurrir a medidas perniciosas para la prosperidad nacional o internacional.”
Equivale a cuatro veces las importaciones de automóviles importados (en 2022), al 80% de todos los tipos de gas natural importados (2022), al 40% de todos los bienes de consumo importados (2022).
¿Cuántos intereses se pagarán?
Al final del acuerdo, de continuar con los intereses actuales, Argentina habrá pagado 30.000 millones de dólares en intereses y sobrecargos desde 2018. Esta cifra representa más del 6% del PIB medido en dólares (B.M. 2022), sólo en concepto de costos financieros de los dos préstamos. Esta cifra representa unos 11.000 millones de dólares más que los 19.000 millones que se hubiesen pagado si los intereses se hubiesen mantenido al mismo nivel que los vigentes al momento de firmar el acuerdo en marzo de 2022.
Si, en cambio, los tipos de intereses siguen aumentando, hasta alcanzar valores característicos de fines de los 80, cuando la tasa DEG se ubicaba en torno al 9%, los cargos totales por intereses y sobretasas subirían al 13% anual, y los costos totales de ambos préstamos con el FMI subirían hasta 48.000 millones de dólares.
No debe menospreciarse este riesgo. Con estas tasas, los pagos de intereses y sobrecargos al Fondo rondarían 4,5.000 millones de dólares anuales, prácticamente un 1% del PIB actual medido en dólares.
Por cada punto de aumento de la tasa DEG, el costo de intereses que tendría que asumir Argentina subiría en 330 millones de dólares anuales adicionales.
Reflexiones finales
En de diciembre de 2021 advertíamos que la negociación con el FMI debería tener en cuenta el riesgo de que los bancos centrales del planeta iniciaran una senda de alzas de los tipos de interés para frenar la inflación incipiente. La guerra en Ucrania comenzó una semana antes de que el Gobierno cerrara el acuerdo técnico con el FMI (el 3 de marzo de 2022), por lo que teníamos certezas acerca de la imposibilidad de cumplir esos compromisos sin asumir grandes costos sociales.
El peor de los escenarios no sólo se ha hecho realidad, sino que incluso se ve superado en 2023 como resultado del alza de las tasas y la sequía –que podría disminuir los ingresos por exportaciones en unos 15.000 millones de dólares–.
En este marco, apremiados por la necesidad de refinanciar los vencimientos de 2023 (vencen 17.200 millones del acuerdo que firmó Macri), con un acervo de reservas internacionales anémico e incapaz de desalentar las expectativas de devaluación, es indispensable repartir las cartas de nuevo para que los costos de la crisis no los paguen las espaldas de los argentinos de siempre.