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Concepción del Uruguay
sábado, diciembre 14, 2024

Hojas sueltas… Ropa sexy

Esther Vivas

Una investigación reciente llevada a cabo por la jugadora de hockey inglesa Tess Howard encontró que los uniformes deportivos crean “tensiones de identidad” en las adolescentes, haciéndolas sentir “sexualizadas” y provocando un número alarmante de abandonos. Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud de 2022, el 85% de las adolescentes no hace suficiente ejercicio. La ropa es «la causa más subestimada» de eso, dice Howard.
Algunos equipos femeninos utilizan pantalones blancos lo que para muchas deportistas puede ser una preocupación extra deportiva en algún momento de la competencia. Para muchas chicas la preparación de los partidos incluye la gimnasia mental de calcular cuándo tendrán que cambiarse el tampón y a veces, sólo hay uno o dos baños disponibles para un equipo de 22 mujeres. Entonces, cuando deberían concentrarse en el desafío de la competencia, sus mentes deambulan con otras inquietudes. La indumentaria deportiva femenina no es a prueba de la menstruación y tienen un marcado corte sexy. Demasiadas niñas abandonan el deporte en edad escolar debido a la ropa que se les impone y preocupaciones relacionadas con la imagen corporal. Muchas se sientien «sexualizadas» por lo que se ven obligadas a usar. El año pasado, la velocista Dina Asher-Smith reveló que los calambres en las pantorrillas que arruinaron sus posibilidades de ganar una medalla de oro en los 100 metros fueron causados por su período y pidió más investigación sobre los ciclos de las atletas femeninas. “Siento que si fuera un problema de hombres”, dijo, “habría un millón de formas diferentes de combatir estas cosas”. Algunos equipos deportivos, están comenzando a realizar un seguimiento del bienestar de las atletas relacionado con sus períodos.
Cuando, al final de la élite, las diferencias entre ganar y perder son tan minúsculas, tiene sentido analizar los resultados y compararlos con los ciclos mensuales de los atletas. La investigación sobre las experiencias de entrenamiento y lesiones de las mujeres puede y debe mejorarse. Se deben poner a disposición más opciones de equipos para permitir que las mujeres y las niñas practiquen deportes sin sentirse expuestas o avergonzadas. Las mujeres sobre el terreno de juego han tenido que luchar mucho para llegar allí. Lo mínimo que podemos hacer para apoyarlas, y especialmente a las jóvenes que empiezan a hacer deporte ahora, es darles una opción mejor para sus uniformes; hablar de períodos; y celebrar la diferencia, pero también normalizarla.

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