Alberto Fernández calificó a la construcción del gasoducto Néstor Kirchner como «una obra central para el futuro de la Argentina» y dijo que «va a garantizar contar con el gas que todo este tiempo tuvimos que importar, perdiendo divisas y perdiendo recursos que podríamos utilizar en la producción y en el trabajo, que es lo que más nos importa».
El presidente Alberto Fernández calificó a la construcción del gasoducto Néstor Kirchner como «una obra central para el futuro de la Argentina», la cual, dijo, «va a garantizar contar con el gas que todo este tiempo tuvimos que importar, perdiendo divisas y perdiendo recursos que podríamos utilizar en la producción y en el trabajo, que es lo que más nos importa».
Al visitar una planta soldadora automática de caños ubicada en las cercanías de la localidad pampeana de Doblas, que tiene como objetivo abastecer la construcción del gasoducto, el Presidente expresó su confianza en que «a mediados del año que viene esta obra se haya terminado», para luego «seguir camino hasta Santa Fe y allí poder proveer de gas no solo al norte de la Argentina sino también a Brasil».
Acompañado por el gobernador pampeano, Sergio Ziliotto, señaló que el gasoducto «representa nada menos que la posibilidad de llegar a la soberanía energética», un tema que, advirtió, «no sólo es estratégico desde la posesión del bien, sino también estratégico del mundo en cuanto al manejo de divisas».
Sobre la obra
El gasoducto, que constituye la principal obra de transformación energética en marcha en el país de los últimos 40 años, permitirá ampliar en un 25 por ciento la capacidad del sistema de transporte de gas natural argentino desde Vaca Muerta, y posibilitará ahorrar más de 2.900 millones de dólares al año entre sustitución de importación de combustibles y reducción de subsidios.
Con una extensión total de 573 kilómetros, además de aumentar la disponibilidad de gas a precios competitivos, generará 10.000 puestos de trabajo directos y otros 40.000 indirectos, entre la construcción y la mayor producción prevista en Vaca Muerta, se informó oficialmente.
Su puesta en marcha representará cambios en la estructura económica argentina, con una mayor provisión de gas natural para la industria y el consumo residencial, además de un ahorro estimado en US$ 2.200 millones en recortes de importaciones de energía y de subsidios, de acuerdo con cálculos oficiales.