Por Carlos Heller
Las medidas en materia económica continúan. Esta semana que pasó, el Gobierno nacional concretó acuerdos de precios con las principales empresas proveedoras de insumos al tiempo que, en materia de ingresos, se oficializó un bono de fin de año para los trabajadores registrados ($ 24 mil para aquellos que cobren hasta tres salarios mínimos) y para los beneficiarios del plan Potenciar Trabajo ($13.500).
Un rasgo distintivo de los recientes acuerdos de precios es que, a diferencia de lo ocurrido en otras oportunidades, también se focalizan en las empresas proveedoras de insumos para la producción (energía, vidrio, papel, aluminio, químicos, entre otros), y no sólo en las productoras o vendedoras de bienes de consumo final.
Por caso, a fines del mes pasado se acordó con las principales firmas petroleras aumentos de no más del 4% mensual en promedio hasta marzo, en línea con la inflación proyectada. Una medida que tiene implicancias positivas en la cadena productiva y por lo tanto en los precios.
En la misma dirección, en los últimos días se establecieron acuerdos con empresas proveedoras pertenecientes a las cadenas de valor de alimentos y bienes de consumo masivo. Las firmas involucradas no podrán modificar sus precios por encima del 3,9% mensual en promedio respecto del mes de diciembre: el acuerdo también dura hasta marzo.
Indicios alentadores
También el Gobierno alcanzó un acuerdo con los principales fabricantes de zapatillas. Se estableció una rebaja de hasta un 20% de los precios (15% en promedio) de las marcas y modelos de mayor rotación en el mercado, que se espera impacte en las fiestas de fin de año, más un sendero de incremento de precios de hasta el 3% mensual para los meses de enero, febrero, marzo y abril.
Estas políticas apuntan a cuidar el poder adquisitivo de la ciudadanía en un contexto inflacionario que no deja de preocupar, aunque los últimos datos dieron indicios alentadores que refuerzan la tendencia a la baja respecto del valor pico de julio (7,4%). En efecto, el jueves pasado el Indec publicó el IPC Nacional de noviembre: 4,9% fue la variación mensual, bastante por debajo del registro en octubre (6,3%). Los sectores con alzas mayores al promedio fueron “Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles” (8,7%), “Comunicación” (6,4%) por las alzas de tarifas en telefonía e internet. Contrariamente, y para destacar, los alimentos redujeron el incremento al 3,5% mensual, contra el 6,2% de octubre.
No hay ninguna política que pueda ser exitosa con altos niveles de inflación. La tarea para lograr bajarlos es ardua, requiere hacerle frente a la puja distributiva que existe históricamente en nuestro país y que involucra a muchos sectores con gran poder económico y político. Pero se está avanzando y comienzan a verse los resultados.
Tres años de gestión de gobierno
Se trata de una gestión que, vale recordar, estuvo marcada principalmente por dos eventos mundiales distorsivos: la pandemia sanitaria y la guerra en Ucrania. Estas fueron verdaderas “tormentas”, que además llegaron en un momento muy difícil para la Argentina, luego de la “pandemia neoliberal” fruto de la gestión de gobierno anterior. Durante el macrismo se cerraron 23.000 empresas y la Argentina se había endeudado como nunca antes en su historia.
Y tras cartón, la pandemia de covid. El Gobierno debió lanzar medidas para asistir a los más perjudicados por esa parálisis mundial en la actividad. El IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) y el ATP (Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción), para citar dos de los ejemplos más importantes, permitieron morigerar la pérdida de ingresos de parte de la ciudadanía en los momentos de mayor incertidumbre, ante un virus que se había expandido y cuya única prevención (hasta que aparecieron las vacunas) era suspender las actividades.
En el 2020 la actividad económica mundial se desplomó y el PIB argentino se contrajo en un 9%. Sin embargo, los años subsiguientes fueron de recuperación y crecimiento: 10,3% en 2021 y por arriba del 5% en 2022.
Pasaron tres años complicados y dejaron sus profundas huellas. El año que resta de gobierno no será menos desafiante. Hay que seguir avanzando hacia un genuino modelo de crecimiento con inclusión. Es la mejor manera de evitar que aquellos que “han entregado al país y lo han puesto de rodillas”, como lo definió el Presidente, vuelvan a tener la oportunidad de hacerse cargo de la Argentina con un modelo que les sirve sólo a unos pocos.