El 50% de la población que requiere una solución habitacional se encuentra por debajo de la línea de la pobreza, y otro 34% la supera, pero percibe bajos ingresos. Esto significa que el 84% del total de viviendas necesarias no puede ser atendido por el sistema financiero ni por la inversión privada, al no tener ese segmento social la posibilidad de repago de capital.
El déficit habitacional en la provincia, según los datos de la Encuesta Permanente de Hogares, es de 128.622 casas, considerando 49.616 nuevas y 79.006 por refacciones.
Debajo de la línea de la pobreza se encuentra el 50% de la problemática habitacional, y si se toma una unidad familiar que percibe ingresos por sobre la línea de pobreza –y sin pasar el doble de ésta– hay un 34%, por lo que el 84% del problema es de índole social: el resto del porcentaje de la demanda de vivienda, y mucho menor, es quizás el único eslabón de la trama comunitaria que puede resolver la cuestión mediante créditos hipotecarios tradicionales frente a los costos.
Ese 84% de bajos ingresos –o 108.000 soluciones habitacionales– no pueden ser atendido o solucionado ni por el sistema financiero, ni por la inversión privada, al no tener ese segmento social la posibilidad de repago de capital, publicó UNO.
Pero además hoy, la clase media –frente al aumento de la construcción, mayor a los incrementos salariales– “presiona sobre las viviendas sociales, a la inversa de los años 80, momento en que los créditos hipotecarios comenzaron a degradarse”.
Esta evaluación está incluida en el trabajo llevado adelante por la Delegación Entre Ríos de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), en articulación con diversas instituciones, integrantes de la Mesa de Cadena de Valor Agregado de la Construcción, publicó APF.