Un curandero de la provincia de Kawa Zulu-Natal, también conocidos en Sudáfrica como “sangomas”, mantiene una serpiente bufadora viva en su boca para demostrar su poder. Estos reptiles son responsables de causar la mayoría de las muertes por mordeduras de serpientes en África, sin embargo, los utilizan para sus rituales. Los sangomas cumplen roles sociales y políticos importantes en sus comunidades y son consultados por el 60% de los sudafricanos. Curan enfermedades, dirigen liturgias de nacimiento o muerte, encuentran ganado perdido, contrarrestan hechizos y adivinan el futuro. Venerados por su sabiduría sobre mitos populares y por sus conocimientos herbolarios, son al mismo tiempo temidos por una parte de la población. Algunos sangomas, especialmente las mujeres, son acusadas de brujas y aunque en el siglo XXI la brujería ya no es un delito, suelen ser perseguidas y asesinadas como en la Edad Media.