Conocido como “el deporte de los jeques”, las carreras de camellos se llevan a cabo casi todos los días en algún lugar de Qatar. Pero ningún hipódromo es más popular que el de la ciudad de Al Shahaniya, a 45 minutos de Doha. Las carreras de camellos son una tradición centenaria en el mundo árabe y el profesionalismo, que irrumpió en el país en 1972, las transformó en un negocio multimillonario. Cada año, más de 22.000 camellos, criados en modernos establecimientos, bajo estrictos controles genéticos, compiten por grandes premios. Pero aquí los animales ya no son montados por niños jockeys, sino por pequeños robots guiados a control remoto. La medida representa un avance contra la explotación laboral infantil, en un país en el que están prohibidos los sindicatos, no existe el derecho a huelga y donde se calcula que, desde 2010, 6.500 trabajadores murieron en las obras para el Mundial de Fútbol 2023.
