Por David Bueno
Con frecuencia oímos decir que el planeta está enfermo, que el cambio climático es imparable y que las consecuencias serán, y en algunos lugares ya empiezan a serlo, catastróficas. Más allá de la certeza de estas afirmaciones, su validez es sólo cuestión de grado: ¿es todo el planeta el que está enfermo, o son los ecosistemas tal y como los conocemos los que se verán profundamente alterados? ¿Es ciertamente imparable, o estamos a tiempo de reducir su impacto? ¿Las consecuencias serán catastróficas en el ámbito planetario, o sólo local, lo que exigirá un incremento de solidaridad y generosidad?
Lo oímos tan a menudo que a algunas personas les empieza a generar “habituación”. Es un fenómeno psicológico y cerebral que hace que nos acostumbremos a los estímulos que se mantienen constantes o que se producen con demasiada frecuencia, lo que conlleva a que los dejemos de valorar como algo importante y los acabemos, literalmente, ignorando. Y a otras personas les genera “angustia climática”, un efecto que ya empieza a notarse especialmente en algunos jóvenes. Esta semana quiero presentarles dos libros relacionados con las plantas y los bosques que, que estimulan la esperanza, por la lucidez de sus palabras y belleza.
Primero, “El intenso respirar de los árboles”, del ingeniero forestal y gran defensor de la restauración de los bosques primarios Peter Wohllben, que tiene un subtítulo muy explícito: “De qué manera los árboles aprenden a hacer frente al cambio climático y cómo salvar los bosques, si los dejamos”. Nos explica, con una base científica sólida, pero con un lenguaje claro y sencillo, que los árboles no son seres pasivos sometidos ineludiblemente a los cambios que la actividad humana provoca, sino que se adaptan a ellos y, aún más, son capaces de modificar activamente las condiciones del entorno.
Por otro lado, en “Guía del jardín sobre las plantas medicinales”, los autores nos explican que, de las más de 300.000 especies de plantas terrestres conocidas en el mundo, cerca de 35.000 tienen algún uso medicinal. En este libro recogen 277 que podemos tener en el jardín de casa, que provienen de diferentes hábitats, desde clima templados, hasta terrenos pantanosos, fríos o húmedos. Todas ellas van acompañadas de una descripción que incluye tanto los usos tradicionales como los descubrimientos medicinales más recientes, así como de una ilustración realista de gran belleza. Es un libro para disfrutar lentamente.










