Ariel Vercelli
Las tensiones entre Estados Unidos y China sobre Taiwán siguen en aumento y muestran claramente cuán importantes son algunas tecnologías para nuestro futuro inmediato. Hace apenas unas horas el gigante de chips estadounidense Nvidia anunció el lanzamiento de placas de video con chips que utilizan inteligencia artificial y que fueron desarrolladas con la empresa taiwanesa de micro procesadores TSMC. Además, anunciaron una nueva plataforma de computación llamada Drive Thor diseñada para la conducción asistida y autónoma de autos y otros transportes pero que, como gran novedad, también incluyen todo tipo de entretenimiento para sus habitáculos. El súper chip y el software de última generación y las capacidades de vanguardia de Drive Thor logran unificar las funciones inteligentes, incluida la conducción automatizada, el estacionamiento, el monitoreo del conductor y los ocupantes, el grupo de instrumentos digitales, el infoentretenimiento en el vehículo y el entretenimiento en el asiento trasero, en una única arquitectura que permite una mayor eficiencia y un menor costo general del sistema. Peor el dato clave es que los primeros clientes de esta nueva plataforma serán varias empresas chinas de automóviles, entre otras Geely y Xpeng, cuyas unidades contarán con esta tecnología en sus modelos a partir de 2025. Pero mientras el gas ruso ya no fluya hacia Europa, ¿cuánto va a durar esta trama de negocios entre empresas estadounidenses, chinas-taiwanesas y chinas? El 18 de septiembre, Joe Biden ofreció una entrevista en la cadena CBS durante la cual, además de insistir en que la fabricación de chips vuelve a territorio norteamericano, afirmó que le advirtió telefónicamente a su par chino, Xi Jinping, que China no debía violar las sanciones que Occidente está imponiendo a Rusia y que, de hacerlo, se verían afectadas las inversiones de firmas de Estados Unidos en el gigante asiático. Biden expresó que, a diferencia a la situación en Ucrania, los hombres y mujeres de su país “defenderán a Taiwán en caso de un conflicto militar”, y acusó a China de incitar a los separatistas de la isla autónoma, lo que definió como una “provocación para Occidente”. Mao Ning, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, respondió que su país se reserva el derecho de tomar “todas las medidas necesarias para mantener unida la nación”. Recordemos que ya hace varias semanas Moscú y Pekín incrementaron su cooperación militar y que sus buques ya patrullan conjuntamente la región Asia-Pacífico.










