Las cúpulas doradas, azules y verdes del Monasterio Novodévichi y sus blancos muros contrastan con el humo denso de las chimeneas de una central eléctrica en las afueras de Moscú. Construido en 1524 junto al Lago de los Cisnes, que sirvió de inspiración a Tchaikovsky para la creación de su mítico ballet, el monasterio fue el lugar de formación para las mujeres de familias nobles que abrazaban la fe. Entre sus iglesias de diferentes estilos arquitectónicos sobresalen la Catedral de Nuestra Señora de Smolensk y la Iglesia de la Intersección de la Puerta, ambas dotadas de una singular belleza que explican por qué el monasterio se ganó la merecida reputación de ser el más rico e importante de Rusia. Aunque también el de ser el más siniestro: allí acabaron recluidas algunas jóvenes de la realeza que se “mostraban rebeldes”. Al igual que las impertinentes esposas de Iván “El Terrible” y Pedro “El Grande”.









