Por David Bueno
Las personas tenemos una tendencia innata a la curiosidad. A menudo, prestamos más atención a lo que nos sorprende o a los secretos que nos estimulan la imaginación que a las cosas que pensamos que son importantes. Estimular la sorpresa es una estrategia muy útil en contextos educativos y en cualquier proceso de transmisión de información: utilizar las curiosidades para captar el interés de quien nos escucha o lee. Esta semana quiero sugerir dos libros que, aparte de su gran calidad y de la riqueza de las informaciones que aportan, tienen como virtud principal estimular la curiosidad a través de la sorpresa. Primero, “La vida secreta de los animales”, de Peter Wohlleben, un ingeniero forestal que defiende la restauración de los bosques primarios, explora a fondo un mundo muy ignoto, el de los comportamientos más complejos de los animales salvajes y de granja, incluyendo su vida emocional y, en algunos casos, su incipiente conciencia. Los bosques primarios son los ecosistemas más maduros de todos y no se ven influidos por las personas. ¿Puede ser cariñosa una ardilla? ¿Los cuervos son fieles? ¿Es posible que los ratones sean empáticos? ¿O que los ciervos noten tristeza? Por encima de todo planea una pregunta vitalmente profunda: dada la evidencia de unas emociones que, en los animales no humanos, siempre se relacionan de forma directa con los instintos, ¿podemos por ello considerarlas inferiores a las nuestras? ¿O quizás no son tan diferentes como pensamos o nos gustaría creer? A través de situaciones que ha vivido y ha analizado con varios animales, Wohlleben llega a una conclusión que, no por poco intuida, deja de ser sorprendente. Una conclusión que no voy a revelar aquí, para mantener la curiosidad.
En el segundo libro “Ciencia bajo el foco”, el biólogo y divulgador Pere Renom plantea cuestiones como, por ejemplo, ¿por qué el miedo irracional hace que nos equivoquemos?, ¿por qué la naturaleza forma cristales de forma espontánea? , ¿o qué grado de inteligencia tienen los pulpos? O cuestiones mucho más mundanas, como ¿cuál es la mejor posición para ir al inodoro? En todos los casos, hace una introducción clara de los conocimientos asombrosos actuales y nos guía hacia la respuesta a través de la curiosidad que generan.
Dos libros de diferentes estilos pero que comparten la fascinación que hace que sintamos ese tipo de estupefacción que nos hace crepitar por dentro.