Opinión… Nuevo impulso

Por Carlos Heller

El Gobierno se enfrenta con dos agendas superpuestas a las que deberá continuar dando respuesta. Por un lado, la agenda de la crisis con la inflación y la inestabilidad cambiaria como componentes centrales. Por otro lado, la agenda histórica que consiste en la profundización del modelo de crecimiento con distribución e inclusión, la disminución de los indicadores de pobreza, indigencia y desempleo, la mejora de la calidad del empleo y la recuperación de los salarios con respecto a la inflación. La fórmula no tiene muchos secretos: sin crecer no se puede, pero con sólo crecer no alcanza. La torta, lo que hay para repartir, tiene que ser más grande; y esa torta más grande debe ser mejor distribuida. Los cambios ministeriales se produjeron luego de un período de intercambios intensos entre los principales dirigentes de la coalición gubernamental. Para ello se establecieron algunos canales institucionales de diálogo y toma de decisiones que habrá que seguir profundizando. Mientras más señales haya de la cohesión de los distintos sectores que integran el Gobierno, más fuerza habrá para llevar adelante las políticas que nos comprometimos a instrumentar. El nuevo Gabinete tiene, entre otras tareas, la de transformar las expectativas negativas en positivas para profundizar el despliegue del modelo de crecimiento con distribución e inclusión. Confrontamos con quienes creen que el Estado tiene que ser llevado a su mínima expresión. Nosotros, por el contrario, sostenemos que hay que fortalecerlo para aumentar la eficacia de sus políticas y regulaciones. También impulsamos priorizar un proyecto de producción con distribución, mientras ellos continúan creyendo en un modelo basado en liberar las fuerzas del mercado y en la especulación financiera. Siempre se trata de dos modelos, uno que promueve los derechos de las mayorías y otro que defiende los intereses de las minorías. Por supuesto: estos últimos son sectores que no están dispuestos a acompañar ninguna de las medidas centrales de la actual gestión. Es lógico: creen en otro proyecto de país. Por eso es necesario darles a las políticas acordadas dentro de la coalición la más amplia apoyatura. Estamos ante una nueva oportunidad: la reestructuración del Gabinete no aspira a resolver la crisis coyuntural. Busca dar un nuevo impulso a la gestión. Se trata de relanzar y consolidar un modelo de país para las mayorías en oposición al proyecto de minorías que expresa el neoliberalismo en la Argentina y en la región.