Yo digo… Ideología y política no son sinónimos

Por José Steinsleger
1.
Hay algo que Washington busca torpedear, con todos los medios a su alcance: que los pueblos de América Latina y el Caribe (ALC) vuelvan a tener voz propia, recuperando los ideales de integración, cooperación y solidaridad que, unidos, pudieron impulsar en los primeros años del siglo (1999-2016).

2.
Procesos antineoliberales y populares (y necesariamente sujetos a coaliciones o alianzas), que con ligereza y desdén minorías poco dialécticas ponen en cuestión, calificándolos de “progresistas” o “populistas”. Como si ideología y política hubieran sido, alguna vez, sinónimos.

3.
Veamos el caso emblemático de nuestro país, que, desde el golpe de Estado de 1955, es imposible de gobernar sin el peronismo. Un movimiento de masas que las izquierdas perfectas maldicen por ser una suerte de piedra en el zapato en la lucha de clases, y las derechas imperfectas se esforzaron durante 77 años para borrarlo del escenario.

4.
Para no pocos argentinos, hace unos días, el país parecía estar al borde del abismo, en una situación que al presidente Alberto Fernández anticipaba un desenlace similar al de 1989, cuando el mercado obligó a la renuncia anticipada de Raúl Alfonsín. Y la más espectacular de Fernando de la Rúa cuando, tras declarar el estado de sitio, huyó en helicóptero dejando 20 muertos y cientos de heridos.

5.
Nada de lo temido aconteció, y la mujer que en las buenas y en las malas gravita desde hace 15 años en la política argentina, cantó “jaque”. Alberto Fernández respiró con alivio, y el “mercado” aminoró su criminal y golpista corrida cambiaria. Momentáneamente, claro.

6.
Desconcertado, el arco político se rascó la cabeza. Por enésima vez, la ultra pragmática CFK jugó con temeridad. Y con el fin de frenar las perversas maniobras del “mercado”, eligió de “superministro” a un personaje de rancia cepa liberal y hombre de confianza de Washington.

7.
¿Pan para hoy, hambre para mañana? Si el articulista conserva los 20 seguidores que leyeron un artículo de 2019 (“Argentina: ¿un peronismo ‘progresista’ y socialdemócrata?”), recordará que el texto finaliza con las palabras de un mozo de barrio, anhelando que Alberto (recién ungido por Cristina), cantase la marcha peronista. En particular, los versos que dicen: “…combatiendo al capital”.

8.
Hombre probo y honesto pero de inaudita ingenuidad a pesar de su larga experiencia en los tejes y manejes del poder palaciego, Alberto Fernández creyó que si cultivaba la amistad de los unos y los otros, llevaría su gestión con dignidad. Sería injusto, por tanto, olvidar el empeño de su gobierno frente a la pandemia y la decisión de poner plata en el bolsillo de la gente.

9.
Sin embargo, en 32 meses de gestión, el Presidente fue incapaz de tomar medidas frente al poder de los muy ricos que se convirtieron en superricos, el grupo monopólico de Clarín, La Nación, Infobae y otros medios que el gobierno financia mientras lo atacan sin descanso y un Poder Judicial que continúa ejerciendo la ideología de Al Capone. O bien un decreto de urgencia para liberar a la luchadora social Milagro Sala, encarcelada por Mauricio Macri en 2016, hoy ha cumplido 2.391 días de infame e injusta prisión en la feudal Jujuy de Gerardo Morales.

10.
Por ahora, el superministro Sergio Tomás Massa huele las flores que en los meses siguientes le recordarán a la vicepresidenta que, atenta a sus malmerecidas ambiciones, se las entregó amablemente.

11.
La movida de CFK, al parecer, es clara. Si sale bien, el superministro será un peligroso presidenciable en 2023. Si sale mal, la lideresa indiscutida de millones de argentinos tiene el camino allanado. De ahí que la “Justicia” mafiosa trate de inhabilitarla o, de plano, encarcelarla.

12
El período referido al empezar estas líneas arrancó con el triunfo de Hugo Chávez, y terminó con la ajustada derrota electoral del peronismo (2015), seguida de la destitución ilegal Dilma Rousseff en Brasil (2016). No obstante, luego del triunfo electoral de Andrés Manuel López Obrador (2018), los pueblos volvieron a la carga: Argentina (2019), Bolivia (2020), Perú (2021), Honduras, Chile y Colombia (2022), y la más que segura victoria de Lula da Silva, en octubre próximo.

13.
¿Cuál destino aguarda a los pueblos de América Latina y el Caribe, en caso de que Lula y CFK vuelvan al poder? De Gregorio Dalbón, abogado de la vicepresidenta: “La única manera de parar a Cristina es que le corten la lengua”.

(*) Escritor y periodista. Miembro fundador de la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap) y de la Agencia Latinoamericana de Servicios Especiales de Información (Alasei-Unesco).