Por David Bueno
La Música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo.
(Platón)
Que la música aumenta la capacidad de memoria, atención y concentración de los niños no es nada nuevo. Incluso se ha demostrado que la música estimula el hemisferio izquierdo del cerebro, el encargado del aprendizaje del lenguaje.
La música parece tener un pasado más extenso que el lenguaje verbal. Existen varias teorías sobre la coexistencia con la música en la evolución. Una de ellas propone que la razón por la que se desarrolló la música fue para ayudarnos a todos a movernos juntos. Y el beneficio evolutivo sería que cuando la gente se mueve al unísono se siente más altruista y está más unida.
El aprendizaje musical ayuda a la sociabilización y fomenta la colaboración, el espíritu crítico y el respeto cuando se hacen actividades colectivas.
El trabajo melódico favorece la memorización de textos y la correcta acentuación de las palabras e incluso mejora la dicción. El trabajo auditivo con melodía y timbre beneficia la capacidad de concentración y el aprendizaje de otras lenguas.
Distintos estudios científicos señalan que la música tiene efectos positivos en el desarrollo cognitivo, creativo, intelectual y psicológico de los niños.
Los Musicomátics
En el hemisferio izquierdo del cerebro también se desarrollan gran parte de los pensamientos vinculados a las matemáticas, los números y el uso de la lógica. Por eso tampoco es nuevo para los investigadores que la música contribuye al desarrollo de estas capacidades y que el trabajo rítmico ayuda a la comprensión de las relaciones matemáticas.
Pero vayamos por partes. El trabajo melódico favorece la memorización de textos y la correcta acentuación de las palabras e incluso mejora la dicción.
En el año 2018, la Universidad Autónoma de Barcelona reclutó a profesores universitarios y formadores de maestros de distintos países europeos para el proyecto European Music Portfolio: Sounding Ways into Mathematics que pretende incidir, por un lado, en el trabajo conjunto de habilidades matemáticas y musicales en la educación primaria y, por el otro, en el fomento de la creatividad de los docentes como medio para favorecer una educación más interdisciplinaria. Algunas escuelas piloto lo comenzaron a instrumentar y han creado un grupo de trabajo llamado Musicomátics.
Ante la supuesta interferencia de la música en el aprendizaje de otras materias, parece que es más bien todo lo contrario, pero los docentes formados en estos talleres todavía tienen todo un mundo que enfrentar: los prejuicios de algunos directivos y funcionarios reacios a los cambios y la resistencia de muchos padres que ignoran la base científica y empírica de esta propuesta. Son esos que reprenden a sus alumnos o hijos cuando los encuentran absortos, con los auriculares de sus teléfonos taponando sus oídos, “ajenos” a la realidad y la requisitoria de los adultos, “perdiendo” el tiempo con algún hip hop indescifrable. Los regañan porque ignoran que la música los ayuda a interrelacionar conocimientos.
Lejos de aislarlos, el aprendizaje musical ayuda a la sociabilización, fomenta la colaboración, el espíritu crítico y el respeto cuando se hacen actividades colectivas. Se trata, pues, no de prohibirles escuchar la música que les gusta, sino de facilitar las condiciones para que la compartan, para que nos cuenten lo que sienten o les suscita.
“Sin música la vida sería un error”
A través de las canciones los niños aprenden desde más de un siglo, valores, hábitos, el alfabeto, las tablas de multiplicar, etc. ¿Por qué desaprovechamos como docentes o padres esa maravillosa herramienta para su formación? ¿Por qué privarlos de un goce sin el cual, como dijo Nietzsche, la vida sería un error?
A esa edad deberíamos fomentarle no sólo que escuchen sino que también hagan música. A partir del estudio de un instrumento, algunos profesores trabajar muchas asignaturas: geografía (de dónde es originario), historia (cuándo apareció), matemáticas (tamaño y proporciones), física (acústica y sonoridad), plástica (dibujándolo o creándolo con distintos materiales) y todo lo que se le ocurra al docente.
¿Y por qué es tan importante? Porque la música nos acompaña en todas las etapas de nuestra vida. La comunidad educativa tiene en claro desde hace mucho el papel clave que juega la música en la formación global de los alumnos.
Pero necesitamos que ese interés por parte de los chicos también se ha estimulado en otros ámbitos, por la familia y por las autoridades políticas. Todos, como sociedad en general, debemos comprender que las materias artísticas son fundamentales para el buen desarrollo de los niños y jóvenes.