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Concepción del Uruguay
sábado, diciembre 21, 2024

Salud… Pienso luego existo

Nancy Bitenberg (*)

Los días son sinuosos, cuando se planifica realizar algo y se nos complica cumplir, nos amarga, nos parece frustrante.

Se acuerdan cuando les relaté solo el hoy es lo que podemos manejar, el pasado ya dejó su huella y el futuro genera ansiedad… Bueno, hoy trataremos el tema de prevención en salud.

Como es costumbre vamos al diccionario. Prevención: “Medida que se toma de manera anticipada para evitar que suceda una cosa considerada negativa”. Desde el punto de vista de la salud, hay distintos tipos de prevención.

Prevención primaria: incluye la acción sobre los riesgos, evitando el desarrollo de la enfermedad antes de que ocurra. Por ejemplo no ingerir alcohol, no fumar, no consumir drogas e incluso mirar bien a ambos lados antes de cruzar una calle.

Prevención secundaria: es detectar precozmente y tratar oportunamente la enfermedad, disminuyendo el daño. Por ejemplo, si la persona fuma, a veces se emborracha, come muchas frituras, consume demasiada sal, se enoja, no habla, pelea, etc. En caso de pacientes con hipertensión, diabetes u obesidad, deben controlarse.

Prevención terciaria: es la rehabilitación o recuperación de la persona, limitando las secuelas que dejó su enfermedad. Por ejemplo, personas que teniendo alta presión sufren un accidente cerebrovascular y les cuesta caminar.

Hoy voy a hacer hincapié en lo desconocido, si bien el equipo de salud esto lo maneja al dedillo, hay factores incontrolables que dependen de las personas y sus entornos familiares: Las decisiones dependen de múltiples situaciones, creencias populares, religiosas, desinformación, mucha información, miedos inexplicables, y un largo etcétera. Toda toma de decisión sobre nuestro proceso de equilibrar la salud tiene consecuencias en nosotros y en los demás.

Hay un dicho que reza “mejor que prevenir que curar”. Pero hay una realidad, nuestra obligación como personas es hacernos cargo de nosotros mismos y de nuestros semejantes, y como siempre digo: tomar el toro por las astas. O sea, si nosotros no lo hacemos nadie lo hará. Está en cada uno pedir la ayuda para mejorar y cosechar momentos de felicidad futuros.

Por último, hoy dedíquense a ustedes, a decidir cómo mejorar las cosas que no les gusten, anoten, digan en voz alta y contundente: ¡yo puedo! Y adelante, hoy es el principio de lo que viene y está en nosotros hacerlo fabuloso.
Hasta la próxima.

(*) Médica General y Familiar, Geriatría. MP 9860. Preguntas y sugerencias para esta sección: (whatsapp) 3442 45-4077

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