Recordaron el natalicio del Supremo Entrerriano

Se valoró su pensamiento y la proyección de su acción política.

En la plaza General Francisco Ramírez se conmemoró ayer el 236° aniversario del natalicio del Supremo Entrerriano. Durante el acto, transmitido por el Facebook oficial de la Municipalidad, también se rindió homenaje a su compañera de batallas: La Delfina.
La ceremonia contó con la presencia del intendente, Martín Oliva; del presidente del Concejo Deliberante, Ricardo Vales, concejalas y ediles, integrantes del Departamento Ejecutivo Municipal (DEM), de autoridades educativas, de las fuerzas de seguridad y también de abanderados y escoltas del Colegio Superior del Uruguay Justo José de Urquiza y de las fuerzas con asiento en la ciudad.
El acompañamiento de la Banda de Música del Batallón de Ingenieros Blindado 2 fue un elemento especial como en cada acto, para la entonación del Himno Nacional y de la Marcha Entre Ríos.
Luego del depósito de ofrendas florales y de las palabras alusivas, la comitiva presente se trasladó unos metros para rendirle homenaje a La Delfina, al cumplirse 6 años de la recuperación de su busto, el que fuera destrozado por vándalos y recuperado por el municipio luego de un pedido especial del Instituto Ramiriano, a través de su integrante, Alicia Candotti.



Discurso alusivo
Las palabras alusivas a la fecha estuvieron a cargo del director de Cultura, Guillermo Lugrin, quien destacó que «situarnos en el nacimiento de Francisco Ramírez, y no en un hecho puntual de los hitos que tuvo su vida, nos da una posibilidad abarcativa de análisis y recorrido, de pensamiento y proyección en la figura de un bebé, de un niño que está naciendo a la vida y tiene la rosa de los caminos abierta. Tanta fragilidad y tanta fortaleza”. “No por autorreferencia sino por parentesco a otras experiencias debo decir que mucho de lo que me marcó de Francisco Ramírez, me llegó a través de los muchos retratos artísticos que hay sobre su vida. Y, claro, sobre su muerte, no solo de artistas vernáculos próximos a sus historias, como lo fueron el grupo Memoria de los Pueblos con la composición Pasión, muerte y regreso ese potente poema de Walter Ocampo y la música de Alcibíades Larrosa o Linares Cardozo con la Consigna del Supremo y tantas otras. Si hasta Carlos Guastavino y Giche Aizemberg, maravillosos en la interpretación de Eduardo Falú, o Antonio Tarragó Ros con versos de Pacho O´Donell, no pudieron con la tentación de contar, cancionísticamente, su periplo mortal por la Delfina”, añadió.
Más adelante, Lugrín manifestó: “Pero del arte, más amigo de la hipérbole y el super yo en sus búsquedas literarias, fui tratando de hallarme con la historiografía donde los valores están puestos en las documentaciones e interpretaciones históricas, para que así descubramos al brillante lugarteniente de Artigas, el de las batallas de Ceballos y Saucecito. Aquel de las confiscaciones, embargos y subastas dispuestas en 1819 a comerciantes y empresarios enemigos de la Liga de los Pueblos Libres, como documenta el profesor Urquiza Almandoz”.

Autoridades e invitados evocaron al Supremo Entrerriano.
También se honró la memoria de La Delfina.