Andrés Asiain
El gobierno presentó al Congreso el acuerdo con el FMI para el acceso a un crédito de facilidades extendidas con que cubrir los vencimientos del stand-by tomado por Mauricio Macri. El acceso al crédito está condicionado a una serie de metas de política económica concentradas en el resultado fiscal primario, la emisión monetaria y la acumulación de reservas. Junto a ellas, una serie de recomendaciones de política económica financiera y cambiaria, de tarifas de servicios públicos y de revalúo inmobiliario. También acompaña el acuerdo el compromiso de “evitar impuestos a las transacciones financieras”, no “intensificar restricciones cambiarias”, ni “introducir o modificar Prácticas de Múltiples Monedas”. Tampoco “intensificar restricciones a la importación por razones de balanza de pagos”, estudiar posibles reformas para ampliar voluntariamente la edad de jubilación, analizar modificaciones en la política social y la legislación penal cambiaria, entre otras. En ese esquema, el cronograma del financiamiento, la viabilidad de las metas exigidas y la sostenibilidad de la deuda en el largo plazo constituyen un escenario preocupante. Los desembolsos a los que se accedería están condicionados a que las revisiones de los técnicos del Fondo den por aprobadas las metas, recomendaciones y políticas que exige el acuerdo. El volumen de desembolsos supera inicialmente a los vencimientos, permitiendo acumular un saldo de U$D5.539 millones de 2022. Ese saldo es vital para el cumplimiento de la meta de reservas netas que exige el acuerdo, que plantea la necesidad de acumular U$D5.800 millones este año. Para el 2023, los vencimientos superan a los desembolsos en U$D2.347 millones, mientras que el acuerdo plantea una acumulación de reservas netas de 4.000 millones, cuyo cumplimiento es muy improbable. El cumplimiento de la meta de reservas podría complicarse aún en 2022 debido al alza del costo de las importaciones de combustibles para la generación de energía. Una estimación moderada indica que esas importaciones podrían demandar unos U$D8.000 millones extras. Esas mayores importaciones podrían ser compensadas por la mejora de nuestros precios de exportaciones. Aun así, la concentración de las importaciones de combustibles en el invierno, puede generar incumplimientos parciales en la meta de reservas. El incumplimiento de la meta de reservas, fiscal o monetaria, generaría la necesidad de solicitar un pedido formal de perdón (“formal waiver”) para que no se frenen los desembolsos. Pero la aceptación de tal pedido por parte del FMI suele ir acompañado de un endurecimiento de las metas y de sus exigencias de políticas.










