Mouneb Taim tenía 10 años cuando en marzo de 2011 comenzaron en Siria las protestas populares contra el presidente Bashar al-Assad. Las revueltas y la brutal represión del gobierno contra los manifestantes gestaron en poco tiempo una guerra a gran escala con la invasión de fuerzas extranjeras y yihadistas islámicos chocando contra las fuerzas armadas nacionales que regaron de sangre y desolación el país. Miles de niños fueron reclutados por las distintas facciones, pero a manos Taim no llegó un arma, sino una cámara fotográfica y se transformó en un reportero autodidacta. Hoy, a sus 20 años, narra con sus imágenes la crónica de los niños que como él sufren las consecuencias del conflicto que obligó a la mitad de la población de Siria a vivir en campamentos de desplazados en el extranjero. Su trabajo es también un canto de esperanza y gratitud a todos los voluntarios de mundo que colaboran a superar su propio trauma.