Carlos Heller
Uno de los varios desafíos que enfrenta el Gobierno se da en el mercado cambiario, y mientras se reafirma el rumbo, tomando medidas para cuidar un recurso público escaso como las reservas internacionales, algunos sectores pujan por una devaluación. En este contexto, en el que interactúan tanto las variables económicas como los distintos espacios de poder que defienden sus propios intereses, resulta interesante analizar algunos acontecimientos recientes. El Banco Central restringió la posibilidad de financiar la compra de servicios turísticos en el exterior en cuotas con tarjetas. Una iniciativa que, además del cuidado de las divisas, se traducirá en un incentivo más al turismo nacional, ya favorecido también por el Programa Previaje. Complementariamente, y casi sin repercusión mediática, se facilitó el acceso al mercado de cambios para las importaciones de bienes de capital con pagos anticipados de hasta 270 días, con un valor de hasta 1 millón de dólares, una medida que favorecerá esencialmente a las pymEs industriales. Por lo tanto, en el marco de una situación transitoria de problemas en la balanza de pagos, cuyo origen principal es el préstamo de 45.000 millones de dólares acordado con el FMI bajo condiciones imposibles de afrontar, se prioriza el uso de las reservas internacionales en los sectores productivos. Otra novedad fue la resolución del Banco Central que determinó que los bancos deberán tener una posición cambiaria neutra de divisas, lo que implica una adecuación de su tenencia de moneda extranjera en relación con sus propios patrimonios. Es una decisión totalmente desvinculada de la tenencia de depósitos en dólares de terceros que estas entidades administran. El respaldo de liquidez que tienen los depósitos en dólares se encuentra en un nivel históricamente alto: 80%. Además, como lo recordó el Banco Central, desde hace más de 20 años existen normativas específicas para robustecer el sistema bancario argentino, como la que establece que los depósitos en dólares estén respaldados con activos en dólares. Confundir las tenencias en dólares del patrimonio de los bancos con las de los depósitos de sus clientes resulta como mínimo mal intencionado y genera una preocupación sin asidero en una parte de la sociedad. No es momento para especulaciones ni malas interpretaciones. La realidad se encarga de demostrar que el Gobierno continúa en el mismo rumbo que tuvo desde que asumió: redistribuir los recursos que se generan hacia aquellos sectores que más los necesitan.