El 80% del arroz irrigado que se siembra en Brasil usa tecnología desarrollada por el INTA de Concepción del Uruguay. Alberto Livore, vecino de esta ciudad y Dr. en Genética por la Universidad de Texas, fue el motor de la innovación que se exporta a Europa, Asia y América.
Por Carlos Naveira
Es así, el 80 por ciento del arroz irrigado que se siembra en Brasil proviene de las variedades de Argentina. La tecnología desarrollada en el INTA Concepción del Uruguay, también se utiliza en los programas de mejoramiento genético de Italia, España y gran parte de Centroamérica, que la incluyen para producir sus variedades locales.
De la mano de un vecino de la ciudad de Concepción del Uruguay, estos logros arroceros se fueron dando como fruto de 40 años de constancia en el trabajo.
Se trata de Alberto Blas Livore, ingeniero agrónomo (UBA) y Dr. en Genética por la Universidad de Texas, Estados Unidos. Quien hoy continúa en el INTA como profesional asociado.
El legado de tantos años es mayor a los logros obtenidos en materia genética, y Livore lo destaca en tres aspectos. Uno, que es digno de imitar, “fue el de haber logrado una relación público-privada con la Fundación PROARROZ que “permitió y permite sostener en el tiempo el programa de mejoramiento tanto en objetivos, recursos como en evaluaciones”.
El trabajo con la Fundación le dio permanencia ante las adversidades y crisis de todo tipo. Otro, “permitió formar un equipo de trabajo reconocido internacionalmente”. Y tercero sí, ya “los logros que ha producido el Programa de Mejoramiento”.
“Tuve la fortuna de poder trabajar en lo que era mi vocación”, dijo al iniciar la entrevista Alberto Livore.
En conversación con el ingeniero agrónomo, detalló aspectos de la historia del mejoramiento genético del arroz…
Su último premio, otorgado por pares –lo que hace que tenga un valor singular a nivel científico. “Este premio significa un honor, sobre todo si uno valora a todas las personas que lo han recibido.
Llegamos a esta etapa donde he sido privilegiado con el premio de la Bolsa de Cereales, otorgado por la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria.
De manera que, para mí, no solamente es una gratificación por el trabajo sino, lo que representa en sí mismo este reconocimiento”.
_“El trabajo se inició a partir de un programa que comenzamos al regreso de mi capacitación en EEUU. Cuando comenzamos con un pequeño programa con enormes desafíos. Ya que en Argentina no existían variedades locales que fueran utilizadas por el sistema productivo”.
_“Afortunadamente tuvimos un acompañamiento completo de la cadena agroalimentaria del arroz en la figura de la Fundación PROARROZ. Quien nos apoyó desde el inicio en nuestro programa y permitió que tuviésemos continuidad y estableció, también, los objetivos que debíamos perseguir: la búsqueda de variedades de arroz útiles para el sistema productivo completo”, afirmó Alberto Livore. Y agregó “el mejorador debe estar pensando no solamente en cómo producir una planta que tenga buenos atributos en el campo, sino también que tenga comportamientos acordes a las demandas que tiene la industria y, en el plato del consumidor”.
El mayor valor, el control del arroz colorado, una maleza difícil. “Con esos objetivos en mente, logramos una serie de variedades entre las que se destacan aquellas que eran resistentes a herbicidas. Uno de los logros más importantes que tuvo este programa fue la obtención de la resistencia a un herbicida que permitía controlar el arroz colorado. Lo que presentaba un desafío enorme que era, en aquella época (del 2000 al 2005), un desafío en el que nadie había podido superar. Ya que el arroz colorado (maleza) también pertenece a la misma especie del arroz. De manera que, en aquel momento, logramos con la colaboración de Alberto Prina (especialista en mutaciones y gran amigo), obtener una mutación. En realidad se obtuvieron tres, que fueron patentadas. Pero se utilizó una, con la que logramos tener en el mundo el primer cultivar de alto rendimiento, óptima calidad y resistencia a herbicida que fue utilizado en los programas de mejoramiento de América, Europa y Asia”, sostuvo orgulloso Livore.
_“Con esas tecnologías incorporadas en las variedades que teníamos en el resto los atributos, logramos revertir un proceso de deterioro que tenía el cultivo”, y que complicaba a los productores.
_“Esto representó que la argentina comenzara a tener una participación en los programas de mejoramiento de todo el mundo, el germoplasma que nosotros aportamos. Pero no sólo eso fue lo importante. Lo importante fue que la Argentina pudo insertarse en el mercado mundial de exportación de arroz como el país que hoy tiene una de las mejores calidades en el mundo, y además, con las variedades de alto rendimiento”.
Por estos motivos, es que “las variedades de Argentina, con la tecnología de Argentina, se cultiva el 80% del arroz irrigado en Brasil y en gran parte de Centro América. Además, se utilizan en los programas de Italia, España para producir variedades locales.
_”Como fruto de más de 40 años de continuo esfuerzo y superación, hoy trabaja un equipo que está disponible para seguir produciendo variedades y aportando soluciones para el sistema productivo”.
_” Esperamos que esto pueda ser solamente el inicio ara que otros programas tengan la misma trayectoria”.