El Frente de Todos y Juntos por Entre Ríos polarizan los comicios generales que renuevan cinco bancas para la provincia en la Cámara de Diputados de la Nación. En el país, se eligen 127 bancas en la Cámara Baja y 24 escaños en el Senado, con la mira puesta en el quórum.
Por Mariano Osuna
1.114.019 entrerrianos se encuentran habilitados para las elecciones generales de medio término, donde se renueva la mitad de los diputados y un tercio de los senadores que componen el Congreso nacional. Desde las ocho de la mañana del viernes se encuentra vigente la veda electoral hasta las 21 horas del domingo, cuando se conozcan los primeros resultados oficiales de la votación. En las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, del pasado 12 de septiembre, un 72.45% del electorado entrerriano fue a las urnas, en un escenario de polarización entre las propuestas encabezadas por Rogelio Frigerio y Enrique Cresto, con la salvedad que Juntos por Entre Ríos tuvo una interna más competitiva que lo anticipado por encuestas y sondeos, con una perfomance electoral más que aceptable de Pedro Galimberti, el intendente radical de Chajarí, que terminó desplazando del tercer lugar de la boleta final al actual diputado Atilio Benedetti. Tal vez el dato político más importante, posterior a las elecciones, cuando el análisis pone en contexto el rol que ocupó el dirigente de Larroque para la UCR, desde 2009 hasta 2019, en las distintas contiendas electorales.
La nómina del ex Ministro del Interior, durante la gestión de Mauricio Macri, cosechó 260326 votos en las PASO, según los números oficiales del escrutinio definitivo, exactamente 30901 sufragios más que la lista encabezada por el actual Administrador del Ente Nacional de Obras Hidricas de Saneamiento (Enohsa). En la rivalidad interna, la lista de un sector de los intendentes radicales, denominada Entre Ríos Cambia, logró 127957 votos, un número nada despreciable, que dejó la disputa entre frentes con un margen de diferencia de 172.715 sufragios. Sin terceras opciones con chances reales de una quinta banca, los comicios de este domingo se polarizan entre Juntos por Entre Ríos y el Frente de Todos, en una foto final que adelanta una disputa que se esperaba para 2023 pero tuvo que adelantarse en un contexto distinto.
Las listas en Entre Ríos
El oficialismo lleva a Enrique Cresto, funcionario nacional de Enohsa, intendente con licencia de Concordia, heredero de un apellido histórico del peronismo y candidato a la sucesión del sillón de la Casa Gris en 2023; Carolina Gaillard, dos veces diputada nacional, tras un paso como funcionaria en Turismo y Cultura de Entre Ríos, y un inicio que la remonta como asesora legislativa de Vilma Ibarra, hoy secretaria de Legal y Técnica de Alberto Fernández; y Tomás Ledesma, coordinador de Asuntos Municipales del Ministerio del Interior, dirigente de La Cámpora local y ex militante de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). Por su parte, la boleta de la principal alianza opositora se conforma por Rogelio Frigerio, ex ministro del Interior de Cambiemos, durante la presidencia de Macri; Márcela Ántola, actual concejal de Gualeguay, de origen radical, que representa el sector interno que conduce el senador nacional Martín Lousteau; y Pedro Galimbert, que ingresó por la minoría, actual presidente municipal de Chajarí, que transita su segunda gestión, anotado como Frigerio entre los candidatos de la coalición para la gobernación entrerriana.
Sin chances de bancas, en el cuarto oscuro también se encuentran las nóminas del Partido FE, que lleva en la primera posición a la actual diputada provincial Lucía Varisco, hija del dos veces intendente radical, ya fallecido, Sergio Varisco, acompañada por Daniel Pross y Alejandra Esnaola; del Frente de Izquierda, que encabeza la dirigente del MST Nadia Burgos, secundada por José Lemes y Sofía Sforza; del Partido Conservador Popular, que propone a Miriam Müller, Sebastián Iglesias y Lily Salinas; del Partido Socialista, que lleva a Juan Rossi en primer lugar, seguido por Graciela Brafa y Darío Baez; y del Movimiento al Socialismo, que presenta a Federico Demarchi, Micaela Dalurzo y Juan Fazio.
Modificaciones sanitarias
La mejora de la situación epidemiológica favorece una reconfiguración de los protocolos sanitarios, utilizados en las PASO de septiembre, con el objetivo de dar otra dinámica y celeridad a la jornada electoral. Entre los cambios más notorios, durante este domingo en Entre Ríos, habrá filas únicas para las 3365 mesas, sin las colas fuera de los 661 establecimientos autorizados ni las disposiciones de aforos usadas durante la instancia de Primarias con el propósito de evitar aglomeraciones dentro de las instalaciones. Por supuesto que, pese a las 63.374.752 vacunas aplicadas, con el inicio de una tercera dosis para grupos estratégicos, continúa la vigencia de las distintas medidas esenciales de cuidados, como el uso de tapabocas, la distancia social, la ventilación cruzada, la desinfección de elementos y la sanitización permanente.
¿Qué se pone en juego?
Los resultados del domingo marcarán la nueva configuración del Congreso en los últimos dos años de gestión de Alberto Fernández. Tras los avances del esquema de vacunación y los alivios respecto a la pandemia mundial, el objetivo principal del Gobierno nacional es la economía, factor preponderante de los desafíos postpandemia. Como explicó Punto y Seguido, la columna política de los domingos de LA CALLE, durante los dos años anteriores el Frente de Todos no contó con quórum propio, es decir 129 bancas, en la Cámara de Diputados, y necesitó de bloques minoritarios o provinciales, para la aprobación de distintas leyes. Diferente fue el escenario en el Senado, donde el oficialismo contó con mayoría y un camino más tranquilo para llevar adelante su agenda. En la Cámara Alta, donde se renueva un tercio de los escaños, las provincias que votan sus representantes serán La Pampa, Santa Fe, Catamarca, Córdoba, Tucumán, Corrientes, Mendoza y Chubut.
Juntos, el nuevo sello electoral de Cambiemos, busca repetir los números de septiembre, con un tablero legislativo donde el oficialismo no tenga quórum en ninguna de las cámaras y necesite aún mayores consensos para mantener la iniciativa política y conseguir leyes necesarias para los objetivos gubernamentales hasta 2023. Por otro lado, el Gobierno buscó provincializar y municipalizar la segunda etapa de campaña, con mayor presencia territorial y una cercanía más parecida a las campañas prepandemia. El fin es achicar diferencias y apuntalar su desenvolvimiento en provincias claves para la composición del Congreso.
En Entre Ríos también se notaron esas modificaciones en la estrategia proselitista, con un peronismo con un rol más activo de intendentes, con caminatas tradicionales, recorridas cara a cara y presencialidad plena, acompañado de cierto cambio de ánimo por las sensaciones post pandemia y el comienzo de la reactivación económica. Por otro lado, la alianza opositora principal se apoyó en la profundización de la polarización, especialmente contra el kirchnerismo, y en la explosión de la centralidad de la figura de su primer candidato.
Hay dos preguntas centrales respecto al desenlace de esta jornada cívica: una tiene que ver con la capacidad de traducción de las diversas estrategias electorales en esta segunda etapa de campaña en votos. La segunda, refiere al día después, cuando el Gobierno y la oposición, ya con el diario del lunes, asuman los papeles que les toca en los próximos dos años. El Frente de Todos y su capacidad de iniciativa, luego de una pandemia inesperada y las necesidades urgentes y estructurales, muchas incluidas en la plataforma de programa de Gobierno en 2019; y Juntos por el Cambio, en la resolución de liderazgos nacionales y provinciales con miras a 2023. Por eso, la jornada de hoy no será un domingo más, porque dará pautas del horizonte más cercano y del tablero político de los próximos años.