Hay que emular al presidente de Francia Emmanuel Macron, que anunció restricciones para aquellos que no quieran inocularse contra el covid-19. Lamentablemente una medida así acá sería altamente cuestionada por la clase opositora, que un día dice que traen veneno para vacunarnos y meses después reclaman más vacunas de las que están llegando. No me gustan las restricciones, pero los ámbitos públicos y privados se podrían guardar el derecho de admisión para quienes no estén vacunados. Difícil de implementar, pero ayudaría a que entren en razón.
Gabriel Arce
