Mentirse a sí mismo

Señor director:
La obligación de estar inmersos en las profundidades de la incertidumbre que genera el coronavirus provoca una continua confusión en el conocimiento de las realidades socio-económicas acentuadas por las decisiones engañosas de la gestión 2015-2019. La élite que nos gobernó o, mejor expresado, que utilizó el poder en la práctica para usufructuar y manipular la problemática nacional se tradujo posteriormente en números estadísticos que no son suficientes para desentrañar las tensiones entre la desigualdad económica y social como resultado de una decisión concreta y deliberada del macrismo.
Las conclusiones que podían y debieron esperarse no son las demandas de la sociedad en su conjunto ya que los encargados de llevarla adelante no les interesaban, las ignoraron actuando fuera de la democracia y el Estado de Derecho. Esta falsa dirigencia política adscripta a la derecha neoliberal autóctona se encargó de hacer negocios confundiendo el Estado Nacional con una empresa privada y por ende, las instituciones políticas y sociales eran poco importantes y fueron degradadas para ser sustituidas por un poder autoritario. Los ciudadanos fueron perdiendo poder económico y social, empobrecidos y quebrados convirtiéndose en el verdadero objetivo que perseguía el macrismo con la finalidad de disciplinar en el sometimiento al resto de la sociedad y fortalecer aún más, el poder real de los poderosos. El sistema de división de poderes se resquebraja dando paso a un nuevo poder por fuera de los instituidos empujando a las instituciones nominalmente independientes a actuar bajo el influjo y amenaza de especialistas en el espionaje, el apriete, el desplazamiento ilegal, la extorsión, el desguace de empresas y la orquestación de denuncias infundadas y sostenidas por un Poder Judicial parcialmente amañado. Por lo general se genera en la sociedad una manifiesta sospecha que colora a los actores políticos en una situación de inestabilidad extrema: funcionarios que actúan bajo amenazas, destruyendo antecedentes y modificando ilegalmente normas, buscando moldear en favor del poder de turno todo lo que fuese posible, para construir una impunidad difícil de ocultar. Esta actitud no debiera pasar desapercibida ya que mediante la misma se reducen las expectativas de empleados, obreros, agentes económicos que paulatinamente asocian a la cosa pública con un manejo escandaloso. Resulta preocupante e inentendible que algunos adherentes «determinen» que en 4 años de macrismo » no pasó nada» sospechoso, cuando en realidad lo que se hizo» bolsillos adentro», colocó al país en un estado de desquicio financiero, económico y de corrupción sin precedente en los cuales los funcionarios no persiguieron precisamente el bien común. Ud. subjetivamente puede negar todo y defender lo indefendible, pero objetivamente se coloca en calidad de «partícipe» de delitos que empiezan a esclarecerse en las redes de una justicia cuestionada pero que se convierte en el último recurso.
Aldo Savina