Ciclistas descontrolados sobre la avenida de la Isla del Puerto

Señor director:
Con la paulatina salida de la cuarentena, muchos deportes individuales o que se suelen practicar al aire libre fueron tomando relevancia entre la población. De esta forma, de la noche a la mañana, son todos corredores o ciclistas preparados para realizar largas travesías, que luego son presumidas en redes sociales.
De esta forma el clan de los ciclistas fue aumentando en número de personas y ruedas que se desplazan por todas partes del departamento Uruguay, ya sea en rutas, caminos de ripio, calles céntricas o la isla del puerto.
Acá es donde se empieza a generar un conflicto, ya que los ciclistas circulan por las avenidas de la Isla del Puerto en grupos y muchas veces sin tener presente la circulación de autos. Esto ocurre en una zona donde claramente hay un sector llamado bicisenda, que está destinado para los ciclistas. Pero no, ellos creen que por ser la actividad de moda, pueden ir por la avenida de la isla circulando en patota, a las risas y sin tener presente el tránsito.
De esta manera vi como este fin de semana a un grupo de “ciclistas”, esos que están con todo el equipo y que seguramente revisan Mercado Libre a diario para ver qué artefacto nuevo se pueden comprar, realizar una maniobra imprudente que casi deriva en un accidente de tránsito entre dos vehículos. Muchas veces estos “deportistas” del momento circulan por la avenida, pero lo hacen a una velocidad que permite circular en auto tranquilamente, pero luego tenes dos grupos: los que frenan el tránsito circulando muy despacio y los que circulan muy rápido para pasar fino a los autos. Estas actitudes pueden derivar en un accidente de tránsito. Si no entienden, deberíamos empezar a pensar en alguna legislación para regular la actividad de los ciclistas. No puede ser que anden en grupos nutridos por lugares donde se generan conflictos con el tránsito. No estoy hablando de adolescentes haciendo travesuras arriba de una bicicleta, algo que todos hicimos en su momento. Me refiero a gente “adulta” que por disfrazarse de ciclista profesional cree tener algún tipo de prioridad vial, al punto tal de frenar la marcha de los demás. Yo los llamo, los piqueteros de las dos ruedas. No es necesario salir a poner inspectores de tránsito para educar ciclistas, hay que poner el acento en este comportamiento para ver si les llega algún comentario y al menos así se dan cuenta de la actitud infantil que tienen.
Es verdad que trasladarse en bicicleta es una actividad sumamente ecológica y que es positivo desde todo punto de vista, más si se lo compara con lo que puede contaminar un auto a nafta, pero lo que molesta es la actitud soberbia del ciclista medio de la ciudad.
Mercedes González