Señor director:
España reprime Cataluña desde la guerra de Sucesión, en 1714, pero la represión se ha vuelto inmoral y contraria a los derechos fundamentales desde 2017 de una forma incuestionable. España vulnera el derecho al sufragio activo, al sufragio pasivo, al juez natural, de participación política, los derechos estatutarios y constitucionales, los de manifestación, los de libertad de expresión de los catalanes y, también hay una asfixia económica a la que se somete Cataluña, no cumpliendo los pactos y compromisos constitucionales.
Todos los demócratas del mundo y sus gobiernos deberían posicionarse a favor de la minoría nacional catalana y apoyar lo que ellos democráticamente decidan para su futuro.
Además, el Estado Español está en quiebra completa y sólo se sostiene debido a la compra masiva de su deuda por parte del Banco Central Europeo. Si ahora Cataluña, fuera independiente, ya podría cubrir sus necesidades básicas sociales y económicas y sería un estado contribuyente neto en el conjunto de la Unión Europea y, por extensión en las relaciones económicas de la UE, con el resto de países del mundo.
Es evidente que los estados reconocen los otros estados siempre teniendo en cuenta sus intereses nacionales, y fundamentalmente sus intereses económicos.
Con Cataluña será igual y Cataluña propondrá acuerdos de negociación que sean beneficiosos para ambas partes. Además, Cataluña puede establecer acuerdos de colaboración, tanto en el ámbito económico como social que, de forma solidaria, promuevan y alcancen los objetivos de desarrollo sostenible de la agenda 2.030 de las Naciones Unidas.
Marius Calvet