La Cámara Entrerriana de Turismo cuestionó los datos brindados por la provincia y alertaron sobre la crisis actual.
“Finalizada la primera quincena de la temporada de verano los prestadores turísticos de la provincia vemos con mucha preocupación la caída de la actividad en Entre Ríos y el intento de la Secretaría de Turismo de disimular ese fracaso con números incorrectos. El sector privado entiende que esta situación es producto exclusivo de la indiferencia e inacción de las autoridades, las cuales, pese a los reiterados pedidos, se negaron a hacer lo que se debía”, plantearon desde la entidad en la misiva.
En tal sentido, cuestionaron que el sistema turístico entrerriano se encuentra “diezmado por la falta de respuestas y sostenimiento del Estado provincial, el cual, a través de su Secretaría de Turismo, dependiente del Ministerio de la Producción, se mantuvo ausente a lo largo de toda la crisis económica – sanitaria que sufrimos. En este contexto, un significativo número de prestadores decidieron no abrir sus puertas en esta temporada, mientras que otros cerraron definitivamente”.
Asimismo, apuntaron a aclarar cuestiones referidas a los números de ocupación que se informaron días pasados y plantearon que “por cuestiones de seguridad sanitaria, gran parte de la hotelería debió aplicar protocolos que le redujeron su oferta al 50%.
En este escenario, es importante aclarar que los niveles de ocupación informados por la Secretaría de Turismo se confeccionaron tomando la actual capacidad, mostrando una situación que nada tiene que ver con la realidad que atraviesa el sector esta temporada, luego de un traumático año”.
Como ejemplo, la CET indicó que “para evaluar la situación que atraviesa hoy el sector basta comparar los 175.000 turistas que llegaron esta quincena a Entre Ríos, con los 425.000 que hicieron lo propio en el mismo período del año pasado, cuando la ocupación rondó el 85%”.
“De este modo, en números generales, los niveles de ocupación real de esta quincena no superaron el 35% mientras que, solo en casos excepcionales, alcanzaron el 40%, un nivel de ocupación que compromete nuevamente al sector con pérdidas de competitividad, menos generación de empleo y, sobre todo, empuja un poco más hacia la quiebra a los complejos que aún sobreviven”, se planteó.