Señor director:
Cada vez que se avecina un día donde la costumbre es hacer un regalo a los niños, empieza el mismo dilema de padres, tíos, abuelos o padrinos. Si la tarea es conseguir un regalo para un nene, la variedad de juguetes es abismal al punto tal de convertirse un verdadero problema la elección de un juguete. Contrariamente a esto, para las nenas la oferta es acotada, machista y poco inclusiva: elementos para las tareas domésticas o muñecas clásicas. Si bien esto es difícil de modificar, por una cuestión de producción industrial, que corre atrás de la demanda generada; lo que debemos apuntar a modificar es la cabeza de las personas: no debería resultar extraño ver a una nena jugar con un camión y a un nene con una muñera. Al final de cuentas, lo único importante es la creatividad que puedan aplicar al uso de los juguetes. Debemos empezar a entender que los juguetes son simples objetos utilizados por los niños para jugar. Y en ese acto, la imaginación de los gurises pone al objeto en el lugar adecuado del juego que están realizando.
Pablo González