Recuperaron elementos robados y comercializados

Los elementos habían sido comprados por vecinos.

Una joven de 22 años dio detalles de dónde podrían estar los elementos de valor y los uniformados actuaron en consecuencia.

La policía de Entre Ríos investigó un asalto a una vivienda de la ciudad, donde se habían sustraído varios elementos de valor que luego fueron comercializados a vecinos de la ciudad.
De esta forma, los uniformados llevaron adelante diferentes tareas investigativas, hasta que llegaron hasta el domicilio de una sospechosa, quien reveló el destino del botín una vez sustraído.
Según fuentes policiales, este procedimiento guarda relación con una intervención iniciada por funcionarios de Comisaria Tercera en la noche del pasado martes 29 de junio, donde un vecino de 43 años de edad se percató que una de las ventanas de su vivienda se encontraba forzada, faltándole varios elementos del interior. Personal de la División Criminalística realizaron el relevamiento de los rastros en la vivienda, ya que había huellas de los asaltantes por todos lados.
De acuerdo a la misma fuente, se realizaron tareas investigativas y averiguaciones para esclarecer el hecho, por lo cual realizaron un procedimiento en una casa ubicada en Barrio “Planta Asfáltica”. Durante el procedimiento, notificaron a una ciudadana de 22 años y se efectuó el secuestro de dos pares de zapatillas, pudiendo cotejar con la marca de la huella en el lugar del hecho. Así también se trasladó a la propietaria del calzado a sede de policial para su correcta identificación, donde tras sus declaraciones surgió el paradero de los elementos buscados.
Siempre según el relato policial, posteriormente personal policial se hizo presente en dos locaciones, la primera de ellas una vivienda de calle Larroque (entre Lorenzo Sartorio y Pablo Lorentz), donde se entrevistaron con ciudadano de 75 años de edad, quien al explicarle lo sucedido, se procedió al secuestro de una notebook con cargador, una mezcladora de sonido, una mochila y varios utensillos de asador. Además se hizo lo propio en un comercio de calle Urquiza (entre sus pares Rocamora y Galarza), donde un ciudadano de nacionalidad extrajera, entregó una notebook con su respectivo cargador. En ambos casos aduciendo haberlos adquirido en “buena fe”.