Objetivos dañinos

Señor director:
Generalmente se parte de los problemas materiales para analizar en un momento determinado el estado de la sociedad en su conjunto. Sin embargo apartándose por un instante de la pandemia que todo lo domina, pensemos en las dificultades para dilucidar nuestra problemática teniendo en cuenta que hay un sector de la sociedad que pretende arrastrar al resto de los argentinos al submundo de prácticas, lenguaje y energía cuasi mafiosos y destructivos que poco margen dejan para la creatividad en la incertidumbre. Qué otra denominación le cabe al relato mentiroso de los medios que amplifican la crítica despiadada de un grupo de funcionarios de JxC que utilizan un relato con el que pretenden torturar el sentido común, destruyendo la necesidad de confianza y solidaridad de los argentinos en las actuales circunstancias. Prioriza un dudosa rédito político a obtener de brutos o ignorantes en principio, sólo identificables por intereses económicos. Olvidan que las acciones del gobierno tienen su correlato en la labor invalorable de los servicios esenciales de salud sobre bases científicas sin distinción de clase, raza o religión. Estas personas no forman parte del horizonte ético social de JxC si es que ingenuamente tal término puede ser incorporado en su estilo de hacer política. Son personas concretas que han asumido una responsabilidad social con condicionantes de gran magnitud. Es prematuro hacer cualquier tipo de balances pero la paciencia tiene sus límites lo que explica en parte las expresiones subidas de tono ante tanta malicia y desconsideración. Cuando la problemática no se desenvuelve sólo en lo económico aparecen los verdaderos síntomas de la prepotencia del dinero y la casta. Casi nada de la crítica utilizada por los dirigentes de Cambiemos, desde distintos ángulos de acción, han servido hasta el presente para inducir a mejoras o modificar la realidad que vivimos. Sólo nos conducen a una ceguera de ideas y contenidos interpretados mezquinamente por sus propios manifestantes. Hoy estamos en una situación de tocar los límites de lo potencialmente vivible. Este combate no le interesa pareciera a quiénes todo lo poseen y sí, a quiénes respetando las instituciones, aspiran aún a una sociedad más justa e igualitaria. Nadie debiera delegar su inteligencia y convicciones a un grupo insaciable por los negocios con métodos que a nivel judicial se denominan asociaciones ilícitas y en la jerga común mafiosos.
Aldo Savina