Juzgarán a un enfermero por lavar dinero del narcotráfico

Era sospechoso de contrabando desde Concordia a Uruguay.

Luego de un seguimiento que le hicieron, va a juicio por dos toneladas de droga que tenía en su casa.

Horacio Alberto Molina se inscribió en la AFIP para la actividad laboral de «servicios relacionados con la salud humana» y declaró ganancias por unos 17.000 pesos mensuales. Sin embargo, el 7 de agosto le encontraron en su casa de Concordia dos toneladas de marihuana, y además tenía vehículos, embarcaciones y dinero que jamás habría podido adquirir con sus magros ingresos. En el marco de una investigación de Prefectura Naval Argentina que lo tenía en la mira (por tercera vez) en la actividad del contrabando de mercadería hacia y desde Uruguay, cayó con el cargamento de droga valuado en más de 220 millones de pesos. Recientemente, la Cámara Federal de Apelaciones de Paraná confirmó el procesamiento por narcotráfico y también por lavado de activos, por lo que irá a juicio oral.
Molina es enfermero y tiene una empresa de servicios de salud a domicilio en Concordia. En agosto del año pasado se abrió una causa en el Juzgado Federal de Concepción del Uruguay y la Prefectura de esa ciudad comenzó a investigarlo, porque se sospechaba que en el kilómetro 295,6 margen derecho del río Uruguay (paso no habilitado), cruzaba mercaderías varias desde Argentina hacia Uruguay, y que, al revés, importaba de contrabando agroquímicos que eran comercializados en Entre Ríos.
Asimismo, se supo que Molina tendría una persona de confianza para la ejecución de las actividades de contrabando, quien lo acompañaba en los cruces de mercadería. Luego de un año de investigación, con escuchas telefónicas, el 6 de agosto pasado se libraron las órdenes de allanamiento, y detuvieron a los dos sospechosos. Se secuestraron distintos bienes de relevancia para la causa, de los que se destacaron automóviles, embarcaciones, una motocicleta, y el gigantesco cargamento de 2.204,400 kilos de marihuana distribuida en 3.048 ladrillos, en la casa de Molina, en calle 64 N° 221.
El juez Pablo Seró procesó a Molina por almacenamiento de estupefacientes y lavado de activos provenientes de actividades ilícitas. Al otro imputado, J.S., le dictó falta de mérito por no haber pruebas suficientes para procesarlo, pero todavía está vinculado a la causa.
En relación al lavado de dinero agravado que se le atribuye, consideraron que hay indicios suficientes sobre «la existencia de acciones dirigidas a poner en circulación en el mercado bienes de procedencia ilícita, a fin de darles una apariencia lícita y garantizar su disfrute».