Incertidumbre por agente desaparecido

Arshak Karhanyan.

Esta semana se cumplieron dos años y medio de la desaparición de Arshak Karhanyan, agente de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires que se desempeñaba en la comisaría 7B de Caballito y que antes había trabajado en el área de Cibercrimen, a quien su madre esperó en vano para compartir una cena el domingo 24 de febrero de 2019 pero nunca más se supo de él.

La madre se llama Vardush (que en armenio significa «hojita de rosa») Datyvian aunque desde que se estableció en la Argentina junto a sus dos hijos y su exmarido -quien luego regresó a su país natal- se presenta como «Rosita», nombre por el cual la llamó el propio presidente Alberto Fernández el martes pasado al recibirla en su despacho.

Rosita, en efecto, visitó la Casa Rosada para relatar a Fernández y a los ministros Martín Soria (Justicia) y Sabina Frederic (Seguridad) los detalles de una historia que tiene a la familia Karhanyan hundida en el dolor, con misterios y silencios que hasta ahora nadie se anima a quebrar, y una investigación judicial que muestra una serie de irregularidades, entre ellas la eliminación del contenido del celular de su hijo del mes previo a la desaparición.

Tras recibir a Télam en su domicilio del barrio de Flores, Rosita ratificó lo que había dicho en la reunión con el Presidente, al remarcar que «nadie» de la Policía de la Ciudad, ni tampoco del Ministerio de Seguridad de CABA, se acercó a ella para ponerse a disposición, contenerla o acompañarla a medida que pasaba el tiempo y su hijo -un policía porteño- seguía desaparecido.

Además, la mujer señaló que «no confía» en el juez a cargo de la causa, Alberto Baños, quien se resistió a que el caso fuera recaratulado como desaparición forzada y pasara al fuero federal, y además le quitó al fiscal Santiago Vismara el manejo de la investigación luego de que el representante del ministerio público ordenara allanamientos en dependencias de la Policía de la Ciudad y pidiera la imputación de cuatro integrantes de esa fuerza.