Las palabras del presidente advirtiendo la denuncia penal contra Macri no sorprendieron al mercado. Los dichos de Sergio Chodos, el representante de la Argentina ante el FMI ya habían adelantado que el cierre con el Fondo podía demorarse, lo que desplomó a los bonos e hizo saltar el riesgo país arriba de los 1.500 puntos básicos.
Así y todo, no dejó de resonar la afirmación de Alberto Fernández de que fue Mauricio Claver-Carone, nada menos que el ex director del FMI por Estados Unidos apuntado por Donald Trump y hoy presidente del BID quien le confirmó que el préstamo fue un apoyo político y electoral para Macri.
«Ahora sabemos también, por boca del mismísimo presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, que en sus días de director del Fondo Monetario Internacional en representación de la administración Trump, impulsó el otorgamiento de semejante préstamo para favorecer al entonces presidente Macri en la búsqueda de su reelección», dijo Alberto Fernández.
«La inquietud que aquí nos planteamos también parece ser compartida en el seno del mismo Fondo Monetario Internacional. Hemos sabido que la Oficina de Evaluación Independiente del organismo, identificó nueve propuestas de investigación entre las cuales está la ‘política de acceso excepcional’ a créditos, destacando un ‘caso particularmente difícil como la Argentina'», agregó.
En el FMI escucharon atentamente el discurso presidencial y optaron por no hacer declaraciones respecto del impacto de la denuncia sobre las negociaciones. En su lugar, aclararon que el organismo también lleva a cabo una auditoría de los dos fallidos Acuerdos Stand-By y que esta investigación de rutina la hacen con cada uno de los programas de acceso extraordinario, es decir, por sumas superiores a las que a cada país le corresponde por su aporte, tal y como fue el caso de los 55.000 millones de dólares que Lagarde y Dujovne acordaron.
Esta auditoría interna, explicaron, es para revisar y mejorar el desempeño de la institución a futuro y no reviste ningún carácter judicial.