Hojas sueltas. Las blockchain

Ariel Vercelli.

La invención de la tecnología blockchain (cadena de bloques) y su vínculo estrecho e indisoluble con la criptomoneda “Bitcoin” marcan el inicio del siglo XXI.

La idea de una blockchain fue presentada al público en 2008 por Satoshi Nakamoto (un seudónimo, tal vez una persona física o un grupo de ellas).

La blockchain puede definirse como una tecnología de registro distribuido que permite estructurar y administrar registros compartidos, en línea y en constante crecimiento.

Se las puede definir como un libro contable (una base de datos, un tipo de archivo) que, mediante el uso intensivo de criptografía (cálculos, matemática), tiene la capacidad de mantener de forma permanente e inalterable el registro cronológico de todos los intercambios que han tenido lugar (transacciones) dentro de una red (más o menos abiertas / cerradas).

Las blockchain permiten crear historias de los datos. Muchas de estas redes, a su vez, funcionan a través de protocolos “par a par” para el intercambio de información.

De esta forma sus registros se caracterizan por ser abiertos y distribuidos, donde cada uno de los pares o nodos tienen copia del registro completo.

De allí que estas redes tiendan a funcionar con protocolos de consenso entre múltiples personas y entidades.

Cada uno de ellos mantiene una copia completa e idéntica de ese libro de transacciones. Por ello, estas redes se caracterizan por ser un modelo de gestión transparente, aunque de escritura limitada: es decir, todos pueden analizar el registro, mirarlo, copiarlo, pero sólo algunos pueden escribir en él.

Estos libros de registros distribuidos, y de allí su nombre, se estructuran a través de bloques que se agregan cronológicamente (se suman) a una cadena.

Cada bloque contiene la información transable, responde a un tiempo y lugar y está unido a la cadena a través de funciones hash (un proceso matemático de una sola vía).

Si alguno de los bloques es suprimido o alterado, entonces, toda la cadena de bloques se corrompe, pierde su continuidad desde ese bloque suprimido hasta el final.

Las blockchain se están proyectando para garantizar la integridad y fiabilidad de todo tipo de intercambios de valor: comercio, sistema financiero, criptomonedas; políticas públicas en salud; Internet de la cosas; registros de la propiedad; gestión del valor intelectual (registros de obras, patentes, marcas); seguros; trazabilidad de activos; identidad, gestión de archivos y documentación.

Su crecimiento marca la emergencia de nuevas formas de registro, colección e intercambio de valor.