Con la modalidad de reservas, estrictas medidas sanitarias y horario restringido, bares y restaurantes completaron anoche todas las mesas. Hubo encuentros en espacios públicos y casas. Al caer la tarde, música y videos en la Plaza.
Ayer se vivió un Día del Amigo especial, signado por la pandemia. Se trata de una de las fechas más tradicionales y que contribuye a dinamizar la actividad económica, especialmente la del rubro gastronómico. Y así las expectativas que el sector tenía, atento al muy nivel de reservas que se tenía desde días atrás (prácticamente llegaron al 100 por ciento), se vieron plasmadas con su presencia en las mesas.
En Concepción del Uruguay, el movimiento más significativo comenzó a verse desde las 16:00 con el café y continuó en el último segmento de la jornada (entre las 19:30 y las 20:00) con la cena. Debido al cupo y porque se trabajó con la modalidad de reservas, prácticamente no hubo cabida para aquellos amigos que decidieron en el momento compartir una mesa.
En los diferentes locales se puso especial hincapié en el cuidado de las medidas sanitarias y las recomendaciones efectuadas por las autoridades en cuanto al respetar el aforo permitido, la distancia social, el uso del barbijo para ingresar y que el alcohol sanitario estuviera a disposición de la gente y que, en la medida de lo posible, no haya bailes, en virtud a que, para esta ocasión, se autorizó la presentación de números musicales. En agasajo a los visitantes, los bares, cervecerías y restaurantes ofrecieron promociones especiales.
El origen
Pocos saben la historia de la elección de esta fecha. La iniciativa nació de Enrique Ernesto Febbraro, un odontólogo y músico argentino.
El oriundo de Lomas de Zamora es el padre de la celebración que reúne a las amistades de buena parte del mundo. Todo surgió mientras miraba la misión de Apolo XI, que significó la llegada del hombre a la luna. Ahí tuvo la idea de escribir 1000 cartas a distintos lugares del globo para impulsar la iniciativa y recibió más de 700 respuestas.
Ése fue el nacimiento de la celebración que cuenta hoy con un gran arraigo popular en Argentina. Todas las misivas las terminaba así, en relación al viaje espacial: «Fuimos sus amigos y ellos, amigos del Universo”. Febbraro, fallecido el 4 de noviembre de 2008 y candidato en dos oportunidades al Premio Nobel de la Paz, fue, además, locutor de radio, profesor de filosofía, historia y masón, condición por la que entabló una profunda amistad con Edwin Aldrin, coronel de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, quien compartió misión especial con el astronauta Neil Armstrong. En una entrevista, destacó: «La amistad es la virtud más sobresaliente porque es desinteresada de todas maneras». Actualmente, además de en nuestro país, en Brasil, Uruguay, Chile y España también se celebra la amistad cada 20 de junio gracias a su iniciativa.
Observación
Los Astroamigos de Concepción del Uruguay recordaron entre las 18:30 y las 20:30 de ayer el 52° aniversario de la llegada del hombre a la Luna –acontecimiento que dio origen al Día del Amigo- al instalar un telescopio en el centro de la plaza General Francisco Ramírez. Se apuntó al satélite natural y proyectó su imagen en una pantalla gigante.